Es un dicho en inglés (a las chicas buenas les gustan los chicos malos) que me ha venido a la mente cuando he leído de la brutal campaña contra Manuel Morales por un texto en el que, con un lenguaje tal vez un poco exagerado, lo único que hacía era decir verdades como puños en relación a que muchas mujeres se colocan a sí mismas en una posición de total riesgo cuando optan por seguir la convivencia con un hombre violento.
Me viene a la mente también el texto que yo escribí no hace mucho, Es mentira, estás sola, en el que simplemente intentaba evitar, hablando a cualquier mujer como lo haría a mi hija de 16 años, lo que le pasó a la mujer asesinada de Rivas Vaciamadrid cuyo caso comentaba Molares, y que si hubiera seguido las simples normas de mi escrito probablemente ahora seguiría viva. Que el crimen mencionado fue machista nadia lo duda, que fue evitable creo que tampoco. Pero la segunda parte la ocultan, haciendo que, por falta de prevención, se pueda repetir en otros casos.
Por todo ello me parece completamente criticable la campaña contra Molares. Silenciado voces como la de él lo único que consiguen, desde ese estúpido buenismo feminista, es que haya mujeres que queden indefensas ante los asesinos machistas. Que, por cierto, no somos todos.
Y es que estamos viviendo tiempos en que alejarse de lo políticamente correcto es un deporte de riesgo (de alto riesgo en algunos casos, como podemos ver en el presente), por más que eso políticamente correcto entrañe decir mentiras u ocultar verdades. Totalmente lamentable, por supuesto. Es más, completamente condenable.
Porque, señoras y señores, cuando good girls like bad boys se colocan en posiciones de riesgo que pueden llegar al asesinato. Injustificable, sí, pero evitable con prevención.
Por todo ello, mi total solidaridad desde este blog con Manuel Molares do Val. ¡Adelante, compañero!
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