Eran pocos y parió la abuela, al perro flaco todo se le vuelven pulgas, montan un circo y les crecen los enanos. Estos y otros dichos del refranero les son de total aplicación al actual PP. Y es que, para confirmar que las desgracias nunca vienen solas, y que toda situación es susceptible de empeorar, ahora se enredan en una batalla (una más) entre Ayuntamiento y Comunidad, entre Alberto y Esperanza, tirándose los trastos a la cabeza. Que si el Ayuntamiento tiene una red parapolicial, que si la Comunidad tiene una red de espionaje. Y todo ello en Madrid, donde tienen la capital y la autonomía, donde las cosas deberían ir como la seda por la ausencia real de oposición.
Y todo eso a un mes de las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco, y enfilando hacia las europeas. Y Rajoy diciendo que no se va ni con agua caliente, y que los populares tienen que elevarse por encima del ombligo. Bueno, irse se tendrá que ir al final, pero al paso que va la cosa, cuando se vaya va a dejar al PP hecho un solar. Y hasta puede que le eche sal, para que al que venga detrás no le produzca ni hierba. Y lo del ombligo no estaría de más que se lo aplicara él mismo, y dejara de mirarse el suyo, para darse cuenta de que él es parte del problema y no parte de la solución.
Pero bueno, qué necios, pero qué necios todos ellos. Personalmente me importa un pimiento lo que le pase al Partido Popular. Pero lo lamento, y bastante, porque mientras ellos se esfuerzan, y mucho, en hacerlo cada día peor (y en verdad lo consiguen), el campo de juego está totalmente a disposición del PSOE, que en cualquier país normal debería ir en las encuestas como diez puntos porcentuales por detrás del PP, pero en España nada de nada, sino que es el PP el que va tres puntos por detrás del PSOE, y puede estar a punto de pegarse un soberano batacazo en las elecciones autonómicas vascas y gallegas.
Y va y dice Esperanza Aguirre, ocurrente ella, que todo el asunto le beneficia al PSOE. Pues claro, como le benefició lo de Hernández Mancha. Como le benefició al PP la trifulca entre Borrell y Almunia, en medio de la que Aznar sacó mayoría absoluta. En España el contrario siempre se beneficia de las divisiones internas del de enfrente. ¿No lo sabían hasta ahora? Pues me temo que, al paso que va la cosa, van a tener bastantes ocasiones para enterarse. Lo dicho, necios, necios, necios. Pero mucho, mucho, mucho.
Dese luego, quien no vea la necesidad de regeneración en la clase política, es porque esta ciego.
ResponderEliminarUn viejo chiste gallego dice que un paisano al que una meiga ofrece concederle un deseo, pero con la condición de que a su peor enemigo le concederá el doble, pide quedarse tuerto.
ResponderEliminarRajoy y Gallardón han mejorado el chiste: sienten tal odio y envidia enfermizos por Esperanza Aguirre que están dispuestos a quedarse ciegos con tal de que ella quede tuerta. Parece que lo están consiguiendo.
¡Que pandilla de tarados! ¡Y todavía se extrañan de las encuestas!