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Por un lado los socialistas van a la caza de dos plazas que fueron suyas en el pasado, pero que en la actualidad parecen inconquistables, como son Madrid y Valencia, comunidades y capitales, empezando por las primeras, pero a la espera de que el efecto pueda afectar a las segundas; y para ello no dudan en utilizar al juez cazador, que de eso de cobrarse cabezas, tanto animales como políticas, sabe un montón.
Por el otro lado los populares, que la impresión me da de que tampoco son precisamente trigo limpio, y que en todo este asunto algo (o mucho) tienen que ocultar y, por lo tanto, temer.
Son cosas de la política española. Tráficos de influencias, financiaciones ilegales, venganzas personales y políticas, coincidencias de las acciones judiciales con las citas electorales. Y ante todo ello uno solo puede hacer dos cosas, taparse la nariz y divertirse.
"Son cosas de la política española. Tráficos de influencias, financiaciones ilegales, venganzas personales y políticas, coincidencias de las acciones judiciales con las citas electorales."
ResponderEliminarY la más importante, que aquí no dimite nadie.