Retomo este año, aunque un poco tarde, la serie partidocracia en España haciendo un pequeño alto en los resultados de las elecciones municipales para poner como ejemplo de los desaguisados partidocráticos un caso de no hace mucho como es el de la moción de censura en el ayuntamiento madrileño de Pinto.
Para empezar, los resultados en este pueblo en las pasadas elecciones autonómicas fueron los siguientes:
PP, 7915 votos, 40.94%, 9 concejales
PSOE, 7282 votos, 37.66%, 9 concejales
JP, 1866 votos, 9.65%, 2 concejales
IU, 983 votos, 5.08%, 1 concejal
Ignoro como fue la votación de elección de alcalde, pero o bien porque JP (Juntos por Pinto) apoyó al PP o bien porque cada partido votó a su candidato, la realidad es que la candidata del PP se hizo con la alcaldía. Mal asunto, porque de una forma o de otra (es decir, o por acción o por omisión) fueron los partidos los que decidieron el alcalde, cuando esa decisión debió ser tomada por los ciudadanos en una segunda vuelta entre los candidatos del PP y del PSOE. Pero desgraciadamente (y para más abundamiento está lo que sigue) es lo que hay.
Porque el pasado mes de diciembre se presentó una moción de censura contra la alcaldesa, apoyada por PSOE, IU, ¡y un concejal de JP! Es decir, curiosamente 11 concejales, la cantidad necesaria para sacar al PP de la alcaldía y meter en ella al PSOE. Esta moción se votó y ganó el día 22 del pasado mes en un tumultuoso pleno, colocando en la alcaldía al candidato socialista. Y, además, con acusaciones de por medio sobre sucios e inconfesables asuntos, que vistos los nombramientos hechos por el nuevo alcalde nada más llegar al poder parece que no van demasiado desencaminadas; vamos, como siempre que se lleva a cabo un cambio de estas características, sea quien sea tanto el saliente como el entrante.
De este caso de Pinto tuve conocimiento porque llegó a los medios de comunicación. Pero estoy completamente seguro de que muchos casos semejantes, y aún peores, se llevarán a la práctica en medio del olvido.
La única forma de terminar con esta lacra no es la idea del PP de que el asunto "irá al Congreso, al Senado, y a los tribunales". Eso y nada son dos cosas casi exactamente idénticas, además de que se estarán tratando los síntomas y no la enfermedad. Para acabar de una vez por todas con esta desvergüenza es totalmente necesario que se cambie el sistema de elección de alcalde, para que en caso de que ninguno obtenga más de la mitad de los votos emitidos, sean los ciudadanos en una segunda vuelta quienes elijan a quien quieren como alcalde, y no los partidos políticos en oscuros pactos, que pueden cambiar en cualquier momento en función de la dirección de donde venga el viento... o el dinero.
España, partidocracia (serie)
Mejor sería, a mi entender, la elección directa de alcalde.
ResponderEliminarEfectivamente, bien podría plantearse la elección del Alcalde y los Concejales por caminos separados, aun en las mismas elecciones.
ResponderEliminarLa segunda vuelta tiene sentido para circunscripciones uninominales, pero no es el caso de los Ayuntamientos. Eso sí, podría plantearse doble vuelta para la elección directa del Alcalde, pero quizá sea rizar el rizo demasiado.
Leganés es un caso si cabe más llamativo: como en las negociaciones entre PSOE e IU inmediatamente posteriores a las elecciones municipales no hubo acuerdo para el tenebroso reparto de concejalías, se tomaron la molestia de pasado el tiempo y con el acuerdo firmado, presentar la correspondiente moción de censura por... ningún motivo. No, no me gusta eso que con total desparpajo a la vez que desprecio la clase política española llama democracia...
ResponderEliminarSaludos.
YO NO LE VOTÉ: ^^