Simplemente no me lo podía creer (aunque, dadas las perversas circunstancias en las que se vive y piensa en el País Vasco, perfectamente creíble, por más que parezca una contradicción con lo anterior). Por eso cuando me enteré del asunto no paré hasta que encontré el comunicado original. Y me dejaron helado este par de párrafos:
Inaxio amaba a Euskalerria. Él se sentía vasco y nacionalista y así nos lo manifestaba. Pero al parecer, eso no le era suficiente para poder vivir en libertad en su tierra. Los mismos que dicen que están en contra de las imposiciones que sufre Euskal Herria, le han quitado a nuestro marido y padre su derecho a vivir con dos cobardes disparos. ¿Cómo se puede estar en contra de las imposiciones y luego imponer una muerte que no tiene vuelta atrás? ¿No es ésta una clara prueba de hipocresía? ¿Es ésta la Euskal Herria que queremos losvascos?
Las preguntas se revuelven en nuestro interior. Preguntas sin respuesta. ETA, ¿por qué, para qué y en nombre de quién habéis asesinado a Inaxio? ¿Es así como vais a liberar a Euskalerria? ¿Echando piedras contra nuestro propio tejado?
¿Y qué de los que no aman a esa fantasmal Euskal Herria? ¿Y qué de los que no se sienten vascos? ¿Y qué de los que se sienten vascos pero no nacionalistas? ¿Ellos no merecen vivir en libertad en el País Vascos? ¿Ello no merecen poder expresar lo que piensan con total libertad? ¿Es que acaso cuando ETA asesina a uno de ellos no está echando piedras contra ese tejado común? ¿Vale más la vida de un nacionalista que la de un no nacionalista?
Cuando leí los dos párrafos en cuestión sentí la amarga sensación de que los firmantes del texto piensan en el asesinado Uria como "uno de los nuestros" no solamente en el sentido familiar, sino también en el sentido nacionalista, en el cual estarían incluidos los asesinos. Y me parece francamente espantoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.