Conseguí escuchar la intervención de Pablo Iglesias en el debate de investidura. Y tengo que reconocer, a mi pesar, que en general me gustó. Asumió perfectamente su papel de líder de la oposición, desde su extremismo, por supuesto. Tuvo algunos tics totalmente fuera de lugar, como lo de llamar potenciales delincuentes a todos los diputados (se supone que menos los suyos, claro). Adoptó a veces un tono mitinero que me recordó el mismo tono que adoptaba también a veces aquel Felipe González de antaño (quien te ha visto y quien te ve, Felipe) cuando hacía oposición a Adolfo Suárez y ya no quería esperar más para sustituirle. Consiguió articular un discurso que, sin ofrecer propuestas alternativas (como muy bien le señaló Rajoy en su última intervención), creo que consiguió su meta, la de conectar con los que están en peores condiciones económicas. Y está claro que, como he dicho en otras ocasiones, ya es el líder de la oposición, por obra y gracia del PSOE.
Por cierto, que menudo papelón el de Antonio Hernando, teniendo que remontarse incluso al referéndum de la OTAN para justificar su decisión de hacer presidente a Rajoy. Un Rajoy al que atacó duramente como si fuera oposición, y que ante dichos ataques cualquiera (al menos yo) se preguntaba "pero si es tan malo, ¿por qué la van a dejar ser presidente?" Y claro, llegó Iglesias a la tribuna y se comió a Hernando con patatas, exponiendo todas sus contradicciones.
Pero el que me gustó de verdad fue Rajoy. Sin mucho esfuerzo desmontó los argumentos que quiso de Iglesias. Utilizó un tono socarrón, incluso paternalista a veces, que por momentos hacía quedar al de Podemos casi por tonto. Hasta me reí con algunas de sus ocurrencias (como la de que en seis meses un millón de votantes de Podemos habían envejecido). No quiso entrar en el cuerpo a cuerpo, supongo que porque no lo consideró necesario. O porque piensa que Iglesias a quien de verdad va a hacer oposición es al PSOE y no a él. En cualquier caso, Rajoy se mostró como un parlamentario brillante (incluso con Hernando, al demostrarle, sin hacer sangre, las similitudes entre PP y PSOE, mientras el socialista intentaba decir que eran prácticamente opuestos).
No llegué a escuchar el discurso de Albert Rivera, así que no lo comentaré.
Esto no ha hecho más que comenzar. Pero supongo que Rajoy sigue con su estrategia de pensar que cuanto más se eleve Iglesias más miedo tendrá la gente y más le votarán a él. Y a un PSOE rendido a sus pies y roto por dentro, no le conviene destrozarlo, porque lo necesita como bastón (para eso ha quedado dicho partido; patético).
Con las diferencias que hay entre las dos épocas, esto me recuerda un poco cuando Felipe González elevó a los altares parlamentarios y mimaba hasta la saciedad a aquel Manuel Fraga salido de las elecciones de 1982 con alrededor de cien diputados. Hasta le creó un cargo que se llemaba algo así como Jefe de la Oposición, con algunas prebendas (recuerdo las burlas de Carrillo, diciendo que ahora Fraga era su jefe). Claro, Felipe González sabía pefectamente que mientras Fraga dirigiera la oposición nadie le iba a mover de su cargo. Y algo así puede que esté pensando Rajoy, que con Iglesias como líder de la oposición él puede quedarse en Moncloa por décadas. La diferencia entre las dos circunstancias es que Felipe González contó con una mayoría absoluta tras otra en aquella época, mientras que en ésta si algo sale mal Podemos puede elevar a la Presidencia a un socialista o, tras unas nuevas elecciones, si sucede algo imprevisto (mucho ojito con los escándalos de corrupción en el PP, por ejemplo), los números pueden hacer que Iglesias sea Presidente con el apoyo del PSOE.
España, sin duda, ha estado en el borde del abismo. Por ahora se ha salvado de caer. Pero sigue ahí, al borde del abismo. Esperemos que las circunstancias la vayan separando del mismo. Y mientras tanto solo queda divertirse cuando se pueda con el espectáculo (nunca mejor dicho) parlamentario.
Por lo poco que he oído, creo que Rajoy e Iglesias colaboraron en sus "guiones" de intervención. Se deben el uno al otro.
ResponderEliminarLos dos lados de la misma moneda. El espectáculo debe continuar.
EliminarPues le doy mi enhorabuena señor Garcia,porque hay que tenerlos bien puestos para poder escuchar algo de este insoportable cursi liberticida,yo desde luego,a menos que me apunten con un arma en la cabeza,jamas escucharé algo que salga de la boca de este mandria.
ResponderEliminarHasta otra.
Le han dejado un espacio libre y lo está aprovechando. Por suerte estaba casi muerto y por desgracia le han resucitado. Es todo.
EliminarA mi me deprime ver a la gente que nos representa son unos grises ignorantes sin mínima gota del Sentido de Estado, unos pequeños bandidos arribistas.
ResponderEliminarhttp://etrusk.blogspot.com.es/2015/03/la-diferencia-entre-ppsoe.html
Son la imagen de los votantes.
EliminarPues como dicen en las películas,yo no les voté.Es mas,la degeneración que padecemos es algo que llevo criticando dentro de mi grupo desde hace años,educación,adoctrinamiento y corrupción que solo pueden traer como resultado la degeneración de la democracia.
EliminarNo soy brillante y sin embargo si capaz de predecir esto,por tanto tambien debo de ser culpable de que estos mediocres pisoteen el congreso de los diputados,pues digo no,solo puedo hablar por mi y soy culpable de muchas cosas pero no de odiar a mi patria.No son imagen mia,no lo son.
Cuando digo que son la imagen de los votantes, lo digo en general, por supuesto.
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