Mucho ha llovido desde que el un miembro del Gobierno de Franklin D. Roosevelt calificara así al dictador Anastasio Somoza, pero no hay nada nuevo bajo el sol. Nuestros queridísimos amigos dirigentes de Arabia Saudí son probablemente mucho peores que el dictador nicaragüense, pero siguen haciendo y desaciendo en su país a su antojo, sin que nadie de nuestros democráticos gobiernos ose levantar su voz contra ellos.
Como ejemplo, un botón: Cuatro princesas secuestradas, ¡y las han hecho desaparecer! Y lo peor es que ello, con ser gravísimo, es solamente eso, un pequeño ejemplo, como pudimos ver en el vídeo documental Saudi Arabia Uncovered.
Pero no pasa nada, son nuestros aliados, y por ello pueden practicar todas las barbariades que quieran, y seguirán siendo recibidos en nuestros países con todos los honores. ¡Qué asco!
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