Mi anterior texto me hizo recordar un chiste, probablemente malo, que me contaron hace muchos años. Un americano y un cubano hablando. El americano dice:
"En Estados Unidos hay tanta libertad que yo puedo llamar a la secretaria de Ronald Reagan, hacer una cita con Ronald Reagan, ir al despacho de Ronald Reagan, mirar a la cara de Ronald Reagan y decirle a Ronald Reagan todo lo mal que opino del gobierno de Ronald Reagan."
A lo que el cubano le responde:
"Pues mira, en Cuba es exactamente igual. Yo puedo llamar a la secretaria de Fidel Castro, hacer una cita con Fidel Castro, ir al despacho de Fidel Castro, mirar a la cara de Fidel Castro y decirle a Fidel Castro todo lo mal que opino del gobierno de Ronald Reagan."
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