La historia de la humanidad está repleta de hechos en los que un grupo de malvados sale victorioso sobre un grupo moralmente mucho mejor. Me viene a la mente ahora mismo uno que me impactó sobremanera, el de Protestas de la Plaza de Tiananmén de 1989, que acabó en masacre, no solamente en Pekín, sino también en el resto de China. Pregunto: ¿quiénes eran mejores, los comunistas o los que pedían democracia? La respuesta es evidente. Pues a pesar de ello la cosa acabó como acabó, y así sigue. Y lo anterior es solamente un ejemplo, por desgracia.
Por eso me fastidia oír después de cada atentado de los fanáticos musulmanes la auténtica estupidez de que los venceremos porque somos mejores que ellos. Porque además conlleva mucho de pacifismo suicida, en el sentido de que parece indicar que no tenermos que esforzarnos por ganarles, sino únicamente sobrellevar la situación, y al final ganaremos porque somos mejores que ellos y nuestra ideas superiores a las suyas.
Pues es verdad, somos mejores que ellos y efectivamente nuestras ideas son superiores a las suyas. Pero si los vamos a vencer no será precisamente por eso. Será porque somos más poderosos que ellos y utilizamos ese poder con toda decisión para llegar a la victoria, para así poder seguir viviendo, nosotros, nuestras familias y nuestras ideas superiores. ¿Lo anterior suena muy fuerte? Puede ser. Pero es la realidad. La única realidad.
Tengo ciertas dudas de que los manifestantes de Tiannanmen pidieran mas democracia.Eran posiblemente comunistas jovenes y descontentos que en otro tiempo hubieran sido utilizados por el gobierno comunista para hacer otra revolucion cultural.
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