Me acusan en un comentario en este blog de haber publicado una "falacia" al haber escrito mi texto La supermediática estafa del tipo usando la rara enfermedad de su hija Nadia.
Escribo esta entrada porque no es fácil hacer de malo de la película en la vida real (y tampoco es un papel que me gusta, la verdad). Es más fácil, evidentemente, descalificar desde el anonimato, sin aportar un solo dato. Así que aquí va una lista de los mismos, en forma de enlaces (que supongo que todos son, también, "falacias", sin más, para el comentarista mencionado):
El Norte de Castilla: El vallisoletano que mintió a España con la cura para su hija.
Diario de Ibiza: La enfermedad de la pequeña Nadia para engañar a todos.
Bolsamanía: Toda la verdad sobre la falsa curación de Nadia: así engañó a España el padre de la niña.
El Huffington Post: Polémica en Twitter en torno a esta falsa información de 'El Mundo'.
La Vanguardia: Las mentiras del caso Nadia. El padre de Nadia se derrumba y asegura que devolverá el dinero a aquellos que se lo pidan.
Antena 3 TV: Los Mossos investigan un posible fraude en la petición de ayuda para salvar a Nadia Nerea, una niña con tricotiodistrofia.
El País: Los padres de Nadia anuncian que devolverán el dinero a quien se lo pida. Un recibo de un supuesto pago de la familia a un cirujano es, en realidad, una autotransferencia.
Hasta aquí los enlaces (por ahora). Está clarísimo que la niña tiene la enfermedad, lo cual nunca se ha puesto en duda. Lo que ya no está tan claro es el grado de gravedad de la misma, ni que el padre padezca cáncer terminal. Y está claro que son mentiras completas lo del equipo internacional de expertos, los médicos secretos del gobierno americano, el reseteamiento del cerebro, las extrañas operaciones, etc., etc., etc. Todo apunta, evidentemente, a un caso de utilización de una determinada verdad (la grave enfermedad de la niña) para, a través de exageraciones y mentiras, sacar dinero para lucro personal.
He dejado unos últimos enlaces para el final:
El Mundo: Papeles para Nadia.
El artículo es lamentable. Siguen haciendo afirmaciones sin aportar datos (y con la que ha caído). Y al final el periodista en cuestión, Pedro Simón, pide disculpas con la boca chica y casi justifica al sujeto por las "locuras" (sí, así las llama, literalmente) que haya hecho para tratar de salvar a su hija (¿de qué y dónde?, por ejemplo).
Hay que decir que me he enterado de que hace unos días el asunto ya se veía venir:
Malaprensa: Mal periodismo por una buena causa.
Hipertextual: El “cuento chino” de Nadia Nerea, una niña enferma estafada en busca de una cura.
Además de ello el tema se estaba moviendo en Twitter.
Pues bien, al periodista en cuestión, Pedro Simón, en vez de aprovechar la ocasión para mantenerse calladito, hasta ver por donde salía finalmente la cosa, no se le ocurrió mejor cosa que escrbir un tétrico artículo titulado Olor a cadáver, en el que, sin nombrar el asunto, viene a decir que él solamente contaba lo que veía. Pues no, señor Simón. Usted no contaba lo que veía, usted contaba lo que le decían, y sin comprobarlo, que es muy distinto. Y de aquellos polvos, estos lodos.
Y después de todo eso aún se atreve a casi justificar al sujeto y a pedir disculpas con la boca chica. Tiene narices la cosa.
Pero creo que me he desviado bastante del asunto principal, que era que me acusaban de escribir una "falacia". No sé quien escribió el comentario, ocultándose en el anonimato, ni Blogger me da ninguna herramienta para situarlo geográficamente. Pero me lo imagino. Aunque no puedo decirlo, porque no tengo pruebas. En cualquier caso, aquí queda este escrito, con todos los enlaces, para que sean los lectores los que juzguen sobre quien escribió la "falacia".
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