jueves, 2 de junio de 2005

Holanda dijo "No". ¿Y ahora qué?

Ya es conocida la decisión de los votantes holandeses de rechazar el Tratado llamado "Constitución Europea". Bueno, era conocida desde antes, porque todas las encuestas coincidían en un rechazo evidente al Tratado. Y al final fue que no. Ya son dos los países que han rechazado el documento en cuestión, Francia y Holanda. Y, según el especial de "El Mundo", los próximos referéndums previstos serían en Luxemburgo (Julio), Dinamarca (Septiembre) y Portugal (Octubre). Está por delante, por lo tanto, la Cumbre del 16 y 17 de Junio.

Pues bien, algo hay que hacer. Porque dejarlo simplemente a las declaraciones que vengo leyendo en el sentido de "el proceso de ratificación debe continuar" me parece simplemente una estupidez. La realidad se impone, y tozudamente nos declara que de las tres consultas a la ciudadanía, dos se han perdido. Lo demás (las aprobaciones por los parlamentos de los otros países) para mí, en un tema de tanta importancia como el que estamos tratando, son simplemente fuegos de artificio. El fuego real son los referéndums, y esa batalla se ha perdido por la Constitución Europea. Punto.

Repito, pues, algo habrá que hacer. ¿El qué? Mi opinión sobre la democracia es que la misma implica que sea el pueblo quien tome todas las decisiones posibles. Por eso me gustó algo que leí hace días, y que, después de buscarlo, he conseguido encontrar de nuevo:

En cuanto a la posibilidad de empezar de cero y redactar una nueva Constitución, Torreblanca alertó de que eso sólo será posible si los Gobiernos pactan de antemano una forma diferente de ratificaciones, y sugiere por un lado, la ratificación simultánea por parte de dos tercios de los eurodiputados electos en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009 y de un colegio electoral formado por los parlamentarios nacionales de todos los Estados miembros.
A dicha ratificación, le seguiría inmediatamente una consulta popular en toda la UE que requiriera la aprobación de cuatro quintos de los Estados y de dos tercios de los ciudadanos. Los Estados en los que triunfara el 'no' automáticamente quedarían excluidos de la Unión y tendrían que replantearse su adhesión.

Pues sí, si lo que se quiere es una Constitución Europea, eso, o algo así, sería lo democrático. Que la ciudadanía vote, y que se suban al carro los países donde así lo decidan sus ciudadanos.

De lo contrario, si lo que se desea es simplemente un tratado internacional, el artículo ofrece una salida:

A juicio de Sebastian Kurpas, analista del Centre for European Policy Studies (CEPS) es "poco realista" tanto repetir los referendos como emprender una "renegociación sustancial" de la Constitución. Por ello, considera que la opción "más plausible es la de un 'Tratado de Niza Plus'", porque el Tratado de Niza, el que rige actualmente, seguiría siendo de aplicación y "los jefes de Gobierno intentarían salvar de la Constitución aquellos elementos que, por consenso, pudieran ratificar a través de respectivos procedimientos nacionales".

Salida que es, en mi opinión, poco honorable (sobre todo después del barullo que se ha montado con el tema, para ahora darlo por muerto), pero es una salida al fin y al cabo; porque en el entuerto se han metido solitos los burócratas europeos, y ahora deben salir de él, tomando una decisión que siempre es difícil tomar, la de cual es la menos mala, ya que todas son indeseables.

Personalmente me gustaría ver una Unión Europea más justa, más libre, más democrática, más unida entre sí, más unida a Estados Unidos, más unida a los países democráticos de América Latina, más luchadora por la defensa de todos los derechos humanos. Y que esa Unión Europea no se construya por las élites políticas de espaldas a los ciudadanos europeos, sino por los políticos en cooperación con la ciudadanía de sus países.

Aún recuerdo cuando, en mis años jóvenes, me entusiasmaba con "el sueño europeo". Más tarde pude ver claramente la realidad de unos políticos europeos encerrados en su burocracia y alejados de las personas. Ojalá que ese puente entre políticos y ciudadanos pueda establecerse, y tener, ahora o algún día, una Unión Europea verdaderamente democrática.

1 comentario:

  1. Y ahora, ¿qué?: pues repetimos. Que no se salga nadie de la doctrina Pepiño: http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_25350.html

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