jueves, 30 de junio de 2005

Defendiendo a la vez la Constitución y su reforma

Muy interesante el comentario del amigo Bicho (fiel sufridor de este blog) a mi texto donde resumía lo que para mí deberían ser las bases fundamentales de España.

Y quiero responder a algunas cuestiones que él apunta.

Dice Bicho: Cada sujeto pensante, una España.

Por supuesto. En eso se basa la libertad individual, en que cada cual piense y expresé lo que quiera, siempre que lo que defienda sea pacífico y lo exprese pacíficamente. Otra cosa es que se pueda llevar a la práctica. Al final lo ideal es que se hiciera lo que la mayoría quisiera. Pero desgraciadamente eso no sucede en España, porque las élites políticas lo impiden, por medio de un sistema en el que los ciudadanos pueden votar en libertad, para que los partidos políticos casi siempre hagan mangas y capirote del programa electoral con el que concurrieron a los comicios, aguándolo en oscuros pactos postelectorales.

Dice Bicho: Esto, señores, que ustedes están llevando a cabo de manera civilizada, tranquilos y sosegados, ha servido de acicate para derramar mucha sangre...

Pero no tiene por qué ser así. Al menos no lo será ni por mis ideas ni por la defensa que yo hago de las mismas. Creo en la paz, y creo que en paz se pueden hacer todos los cambios necesarios.

Dice Bicho: Si me lo permiten, quiero defender yo una España que nada tiene que ver con "mi" España, pero que defiendo por ser la España de todos: La España de la Constitución del ´78. Yo, con quien admita esta base, podré dialogar sobre lo demás; con quienes tengan sueños de empezar desde cero, también podré dialogar, pero tarde o temprano, del debate, se pasará a la contienda. Pronto olvidamos que estas cuestiones en cualquier momento levanta el monstruo cainita que vive agazapado en la piel de toro.

El centro del mensaje, al menos de éste como respuesta.

Yo también defiendo la Constitución Española de 1978. Lo he dicho por activa y por pasiva. Pero, por si quedara alguna duda, no tengo inconveniente en volverlo a repetir: Defiendo la actual Constitución Española. De hecho últimamente he defendido la labor de Adolfo Suárez en tres ocasiones. Y sin duda uno de los logros que cabe agradecerle a Suárez fue la Constitución. Esa Constitución que fue aprobada en referéndum por el pueblo español, y que por lo tanto cabe calificar de democrática.

Ahora bien, supongo que yo formo parte de esos quienes tengan sueños de empezar desde cero. Y digo que lo supongo porque yo voy de por libre. No milito en ningún partido político, y tampoco mis ideas se rigen a favor o en contra de ninguno de ellos. Defiendo lo que creo yo, individialmente, y lo argumento lo mejor que puedo.

Y hay que recordar que la Constitución fue confeccionada en un momento histórico determinado, en el que, como ya he escrito creo que no hace mucho, España y su gestante Constitución estaban sometidas a todo tipo de presiones (monárquicas, militares, religiosas, fascistas, nacionalistas, etc.). Y salió lo que salió, que, como me gusta decir, con ser malo, fue lo menos malo, y ello equivale a que fue lo mejor.

Y también es necesario señalar que el artículo 168 de la Constitución dice:

1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Titulo preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.
2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.


Luego existe constitucionalmente una previsión de reforma de partes importantes de la Constitución, e incluso de toda la Constitución.

Es por eso que no puedo admitir, al menos en lo que a mí, individualmente, se refiere que Bicho diga: tarde o temprano, del debate, se pasará a la contienda.

No tiene por qué ser así. Se puede defender un cambio radical por vías pacíficas y constitucionales. Y, además, se puede llegar a ese cambio radical si cuenta con el apoyo de la ciudadanía española.

¿Acaso varios, incluso muchos, de los puntos que yo defiendo no serían aprobados mayoritariamente en un referéndum convocado al efecto?

¿Qué resultado saldría de una pregunta tal como "¿Que prefiere usted, Monarquía o República?"? ¿Y si otra pregunta fuera "¿Está usted a favor de que cualquier ley sea sometida a referéndum cuando lo pidan el 25% de los diputados?"? ¿Qué dirían los ciudadanos a "¿Esta usted a favor de que el Presidente del Gobierno, los Presidentes de las Autonomías y los Alcaldes sean elegidos en elección directa de los votantes y segunda vuelta entre los dos más votados si ninguno consigue la mitad más uno de los votos?"?

Son solamente tres ejemplos donde creo que la república, el referéndum y la elección directa ganarían de calle en España. Y eso sería democrático, que el pueblo decidiera, y estoy seguro de que decidiría en favor de tener más decisión.

Por eso, entre otras cosas, defiendo la Constitución Española de 1978, y, siguiendo el método que la misma contiene, reformarla total o parcialmente, para hacer de España una España más democrática.

1 comentario:

  1. Habrá que empezar a reconocer que la "modélica" transición española no fue tal. De haber sido así, no estaríamos hoy, treinta años más tarde removiendo hasta los cimientos. Y hay que fijarse quiénes los remueven. Vemos que se hace revisionismo histórico con un afán de revancha absurda, y vemos que se cuestiona todo por el placer de cuestionar, sin ser objeto de interés real por parte de los ciudadanos. La Constitución del 78 no es mi biblia, se podría perfeccionar, pero esta vez no permitiendo que minorías fundamentalistas manipulen y chantajeen a la gran mayoría.
    Pacto PSOE-PP (80% de la población representada) sin fisuras y con urgencia.

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