La verdad es que el éxito de mi texto Liberalismo cristiano sorprendió al propio escritor, o sea, a mí. Y en dos sentidos. En cuanto a la cantidad de comentario (difícilmente mis textos pasan de tres o cuatros generosos comentaristas) y en la dirección de los mismos (normalmente cuando escribo sobre liberalismo me llueven los palos y escasean los elogios). Por ello quiero escribir algo sobre los comentarios en sí.
En primer lugar, como siempre, agradecer los comentarios (a todos los textos y siempre, dicho sea de paso) de los que se tomaron en tiempo de escribirlos.
Gracias a los comentarios de apoyo de hispano, regiomontano, Alejandro De Llano, oliver, Manuel Delgado y Rabbateur. La verdad es que después de haber leído vuestras palabras, me encuentro un poco menos solo en este caminar que quiero pensar que es independiente sin ser para nada apolítico.
Gracias también pro el apoyo desde el desacuerdo mostrado por nop. Siempre es gratificante encontrarse con la valiosa defensa de alguien que no está de acuerdo con uno.
Muy acertado el comentario de rojobilbao. Por supuesto no pretendo tener la exclusividad del nombre.
Luis Amézaga, fiel sufridor de este espacio, hace uso de su normal lógica.
A la pregunta de erpayo no tengo respuesta. Cada cual tiene su propia conciencia.
Y Mao hace un escrito brillante en pocas líneas. Aunque discrepo, porque todo en esta vida está relacionado, y hay una política y una economía que son buenas, y otras que son malas.
En fin, gracias a todos y cada uno por vuestros comentarios, en todo el blog en general y en este texto en particular. De cada uno he sacado algo que me ha animado a seguir adelante con este pequeño rincón en la blogocosa.
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