jueves, 27 de marzo de 2008

La falacia de pactar con los ancaps

Hace ya bastantes meses que escribí algunos textos sobre los defensores del anarcocapitalismo (uno, dos, tres, cuatro y cinco). Aquellos textos quedaron inconclusos, porque un texto del que tuve conocimiento a causa de que desde él me llegaron varias visitas me llamó la atención. Aunque más que el texto en sí, lo que me llamó poderosamente la atención fue un comentario de Jordi Roca, del que destaco dos cosas.

La primera: En mi modesta opinión, cualquier vía sirve para reducir el tamaño del Estado y aumentar la libertad de elección.

Pues no es así. El fin jamás justifica los medios, y vez tras vez me he "mojado" en esa dirección en otros temas (solamente por ejemplo, como saben los que leen este rincón, soy un ardiente defensor de aplicar todas las medidas legales posibles contra el terrorismo islamista, pero eso no me ha impedido criticar duramente las cárceles en Guantánamo, los vuelos secretos de la CIA y las cárceles secretas de Estados Unidos en Europa, por ejemplo). A un fin justo debe llegarse única y exclusivamente por medios justos, o de lo contrario los medios contaminan el fin. Por lo tanto, al fin justo de reducir el tamaño del Estado y aumentar la libertad de elección individual debe llegarse solamente por medios justos, y no por "cualquier vía".

La segunda: Por último, siempre podemos unir todas las corrientes en un Pacto Hasta El Duelo: primero reducimos el Estado a la mitad de la mitad y ya quedaremos al amanecer detrás de la iglesia.

Pues va a ser que no. Y por dos razones.

La primera razón, por una cuestión de principios. Yo personalmente no quiero unirme a corrientes que defienden determinadas cosas (como los ancaps, que es de quienes estamos hablando), llámense como se llamen. Hay cosas por las que puedo pasar, porque son cuestiones personales, y aunque para mí son importantes, para otro pueden no serlo. Pero hay otras cosas que están fuera de lo tolerable, y no quiero hacer ningún tipo de pacto con nadie que las defienda. Y por lo tanto, cuando salga el tema, lo criticaré desde mi blog. Punto.

La segunda razón, por una cuestión práctica. Con los ancaps no se puede ir ni a la esquina si uno quiere llegar a hacer algo positivo. Si la meta, como dice el comentarista, es reducir el Estado a la mitad de la mitad, la mejor forma de no conseguirlo jamás es pactar con los anarcocapitalistas. Porque ese pacto, como ya he dicho, será utilizado por los adversarios del liberalismo para, por medio de sacar a la luz todas las barbaridades defendidas por los ancaps, desacreditar a dicho liberalismo. Por lo tanto, en lo que a mí se refiere, dejaré muy claras mis diferencias con los ancaps cuando sea necesario, para que nadie me confunda con ellos.

Pactar con los ancaps para conseguir la supuesta meta común de reducir el Estado me parece, por lo tanto, una falacia, porque al fin y a la postre lo único que hará será contaminar las ideas liberales y hacer la meta de reducir el Estado mucho más difícil de alcanzar.

11 comentarios:

  1. La piedra de toque del auténtico liberal es su actitud ante la coprofagia.

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  2. No estoy de acuerdo contigo Jorge. Mi experiencia con redliberal es que las virtudes básicas del buen liberal español son su odio a cualquier cosa que huela a izquierda y una dieta pobre en fibra.

    Léete las entradas sobre aborto, eutanasia o cualquier otra cosa que tenga que ver con la moral de la Iglesia Católica y llora.

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  3. Bueno, Florecilla, tampoco te olvides del lema "Raúl, selección"...

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  4. ¿Pactar con los ancaps? ¿Es que acaso un simple liberal va a querer pactar con un defensor del socialista Huckabee?

    Me encanta esto de 'no soy ancap' de algunos, cuando lo que quieren decir realmente es 'no soy liberal' (o 'no entiendo el liberalismo y/o me lo invento al gusto'). Aunque no siempre tiene por qué ser el caso.

    Quienes denigran el nombre del liberalismo son blogs como éste, No entiendo la obsesión de denominarse 'liberal', no sé si será moda, esnobismo o qué (y me refiero en este caso exclusivamente a este blog). No merece ni la pena comentar la absurdez mayúscula pretendidamente desarrollada de medios y fines.

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  5. En cuanto a los fines, la contraeconomía, por definición, engloba acciones éticas. Así que no veo a que vienen estas acusaciones de pervertir los fines por los medios.

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  6. Cuando llegue la hora de que los liberales pacten con otros liberales en un hipotético gobierno, las ranas habrán criado pelo y los cerdos volaran.

    Una cosa es tener discusiones racionales sobre lo que es moral e inmoral, correcto o incorrecto, y otra hablar de supuestos pactos, no llevados a cabo en ninguna parte, porque en España los liberales caben en una motocicleta y sobran dos asientos...

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  7. La cuestión es importantísima para el futuro de la humanidad, pero, lamentablemente, no puede zanjarse en este mundo terrenal y sensible. Tenemos que ir al Mundo de las Ideas y contemplar la Esencia de Liberal. Con ello descubriremos qué es un liberal (un verdadero liberal, se entiende), y si come caca o no. Pero eso no es todo. Todavía debemos movernos un poco, hasta contemplar la Esencia de Caca y descubrir qué es una verdadera caca (porque de seguro habrá quienes nieguen que están comiendo caca, esto es, verdadera caca). Por último, retornamos nuestro mundo terrenal, entrar a Red Liberal, mirar qué come cada bloggero... y listo: todo lo demás se sigue deductivamente.

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  8. Estos son los verdaderos liberales, los del comité:
    http://ciudadanosdetoledo.wordpress.com/candidatos/fernando-alvarez-puig-de-la-bellacasa/

    ..., los "Ciudadanos" como el señor Palacios. El resto: ancaps coprofagos!

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  9. Entre un ancap y el socialista Huckabee, siempre los primeros, que al menos son honrados. Con un ancap se puede discutir, te estimula, te cuestiona prejuicios y te obliga a pensar. Los Huckabee de turno son unos mastuerzos con los que no me tomaría ni un café, entre otras cosas porque seguro que se van sin pagar la cuenta.

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  10. Soy Jorge Valín (el de verdad). La nota con el primer comentario, es de algún troll. No soy yo.

    Nunca leo este blog (excepto hoy). Bórrenlo.

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