Parece que a Ibarretxe le gusta marcar el tiempo, tomar las decisiones, dirigir las negociaciones, y ganar la partida. Pero cuando se juega, se hace para ganar... pero con el riesgo de perder. Y parece que Ibarretxe es uno de esos jugadores que no saben perder. Porque ante la celebración del pleno del Congreso adelantada al 1 de Febrero para votar el Plan Ibarretxe, y la seguridad de que será derrotado por una amplia mayoría, Ibarretxe amenaza con que nadie vaya a defender el proyecto de nuevo estatuto que lleva su nombre, a la vez que habla de portazo, de antidemocrático y de violar la Constitución (irónico que lo haga él, quien, con su plan separatista, ha hecho las tres cosas).
Parece que la disposición al diálogo se acaba cuando ese diálogo no se produce en las circunstancias y bajo las condiciones que él quiere. Vaya o no vaya al Congreso de los Diputados, está por ver la actitud del Presidente vasco el día 2 de Febrero, después de la derrota del día anterior.
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