lunes, 31 de enero de 2005

Iraq, un éxito de la democracia



Ayer, domingo 30 de Enero, la población iraquí estaba convocada a elecciones libres. Se esperaba con expectación el resultado de estas elecciones, sobre todo en un primer término en cuanto a la participación. Y es que quienes quisieran ejercer su derecho a votar se encontraban con las amenazas de los grupos terroristas que querían por todos los medios boicotear las elecciones.

A falta de resultados definitivos, parece la población iraquí acudió a las urnas en torno a un 60%, lo que puede considerarse sin lugar a dudas como un auténtico éxito, dadas las amenazas terroristas antes mencionadas. Amenazas que no se quedaron solamente en tales, ya que los atentados terroristas perpetrados en el día de las elecciones se cobraron la vida de al menos 29 votantes. Y es que el terrorismo no quiere saber nada de democracia, y siempre hará todo lo que pueda para acabar con ella.

De todos modos, no creo que sea la hora de echar las campanas al vuelo. Queda mucho camino por recorrer. Hay que recordar que Iraq es un país dividido por étnias, con kurdos en el norte (alrededor del 20%), suníes en el centro (más o menos un 20%) y chiíes en el sur (en torno a un 60%); hay que tomar en cuenta que esa mayoría, los chiíes, son islamistas muy conservadores.

Por lo tanto, hay que ver la dirección de los próximos pasos. Recordemos que estas elecciones son para elegir una asamblea, la cual deberá formular una Constitución, someter esa Constitución a referendum (hacia agosto), y posteriormente convocar nuevas elecciones (planeadas para diciembre). Por lo tanto, ver los resultados electorales, comprobar con qué respeto tratará la mayoría a las minorías (tomando en cuenta también que esa mayoría chií fue perseguida brutalmente durante el régimen de Saddam Hussein, que fue básicamente una dictadura suní), analizar la futura Constitución (y si será pactada entre los diversos grupos étnicos o será impuesta por la mayoría a las minorías), y tomar en consideración el respeto que promuevan la legislación y la práctica a los derechos humanos y a las libertades individuales, son todas ellas cuestiones sumamente importantes.

Mientras tanto solo queda mostrar una gran satisfacción por la recién estrenada democracia en Iraq. Si al final esta democracia se convierte en todo un éxito o se queda solamente en un fallido intento, depende ahora exclusivamente de los iraquíes y de sus gobernantes democráticamente elegidos.

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