Gaspar Llamazares ha sido elegido nuevamente líder de Izquierda Unida. Pero es muy interesante este dato: Los apoyos con los que ha contado han sido del 53.7%, mientras que su rival, Enrique Santiago, obtuvo el 46.2%.
Estamos hablando no ya de una pequeña o grande división, sino de una fractura en toda regla. La falta de identidad de una organización que ha pasado a ser un apéndice del PSOE, así como la deriva nacionalista y proterrorista en el País Vasco, le están pasando una dramática factura. Una factura que puede ser terrible en las próximas citas electorales, convirtiendo a IU incluso en partido político extraparlamentario. Ellos se lo han buscado.
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