Zapatero anda de gira por América Latina. Los países que está visitando son Brasil, Argentina y Chile. Todos, curiosamente, con gobiernos de izquierda, unos más respetables (caso del Presidente chileno, de quien, a pesar de ser socialista, nada hay de lo que avergonzarse) y otros bastante menos (caso del Presidente argentino, que produce vergüenza ajena). Pero la realidad es esa, que en la gira no hay ni un solo país que no sea ideológicamente cercano al Gobierno español.
Y, por si faltara poco, Bono ha ido a Venezuela. No es casualidad. Zapatero tenía previsto visitar también Venezuela, pero dicho viaje fue suspendido, porque parecía extremadamente descarado ir en medio de la batalla diplomática entre Venezuela y Colombia, a propósito del apoyo de Chávez a los terroristas colombianos. Parece que, en su lugar, a ido Bono, aunque, eso sí, medio en secreto.
Es cada día más lamentable la política exterior del Gobierno español, totalmente centrada en su propia ideología, en vez de en los intereses españoles. Intereses que, dicho sea de paso, cada vez están peor defendidos, porque mal va a ir la cosa cuando cada vez estamos más cerca de países comunistas, como Venezuela, y más lejos del país más desarrollado económicamente, más poderoso militarmente y más comprometido en la defensa de la libertad, Estados Unidos.
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