El circo es un entretenido espectáculo y los payasos un noble oficio para hacer reír. Por eso hay que entrecomillar lo que pasó en la sesión costitutiva del Congreso, ya que ni fue un alegre pasatiempo ni hizo ninguna gracia.
Nos encontramos simplemente ante una lamentable situación en la que unos diputados, los de Podemos, van a intentar aprovechar y forzar cada situación para conseguir cada minuto de publicidad gratuita que puedan en las televisiones españolas, conscientes de que eso es lo que les ha llevado a donde están y que eso mismo será lo que les puede aupar a donde quieren llegar.
Han llegado al corazón del sistema democrático español con un solo objetivo, el de reventarlo desde dentro, y en ello van a poner todos sus mejores esfuerzos. Categoria política no tienen, como ya quedó sobradamente demostrado en el pasado y confirmado en el presente, pero a través de sus "payasadas circenses", perfectamente calculadas y preparadas con anticipación, buscarán suplirla de sobra con gestos completamente vacíos de contenido con la meta de seguir engañando a aquellos que se lo permitan.
Personalmente creo que, a pesar de los pesares, la democracia española, con todos sus defectos, es lo suficientemente fuerte como para soportar las acometidas de esta gente. Pero de lo que sí estoy convencido es que van a dar más de un dolor de cabeza político antes de que los votantes los acaben mandando al sitio de donde nunca debieron salir, a la irrelevancia política más absoluta.
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