sábado, 30 de enero de 2016

¿Etica sin Dios?

“¿Qué le impide a un individuo concreto, a quien el futuro de la especie le importe un pimiento, realizar un acto inmoral que le beneficie, sobre todo si tiene motivos razonables para creer que no será descubierto ni por tanto castigado por ello?”

Esa es la cuestión y no otra. Si Dios no existe la respuesta es ésta: nada, absolutamente nada. Lo vimos en el pasado, lo vemos en el presente y lo seguiremos viendo en el futuro.

Decía Pablo, el apóstol, algo así como "Si Dios no existe, comamos y bebamos, que mañana moriremos... pero Dios existe" (cito de memoria).

Si sacamos a Dios de la ecuación el bien y el mal no tienen sentido. Simplemente no existen, como tampoco existen para los animales. Únicamente nos dotamos de un sistema de reglas que nos permita vivir más o menor ordenadamente, pero que cualquiera puede saltarse cuando quiera por los motivos que considere oportunos.

Es, de hecho, lo que estamos viendo en la sociedad actual. Corrupción, violencia, inmoralidad, abuso del más débil, etc. ¿Por qué? La respuesta es simple. Porque se ha negado a Dios y la gente, individualmente, tiene la idea de que no deberá responder ante un Ser Superior de sus actos. Por lo tanto, si consigue delinquir sin que nadie se entere, simplemente nada le pasará.

Son los resultados de separar la ética y Dios (no me gusta la palabra religión). Pero la ética sin Dios simplemente no existe, como la cruda realidad se esfuerza en demostrarnos un día sí y otro también. Por poner polos opuestos como ejemplo. Estados Unidos y Corea del Norte. En el primero la ética depende de Dios, en el segundo no. Los resultados sociales los tenemos a la vista.

Y no hablo solamente de mero pragmatismo (vamos a unir a Dios y la ética porque nos conviene). No. Es que es así. La ética tiene el origen en Dios o no existe. Y si esa ética existe (y existe, evidentemente) es porque Dios existe y procede de El. De lo contrario el ser humano no tendría concepto de bien y de mal. Seríamos como animales, y punto. Pero no lo somos.

Es necesario unir ética y Dios, porque realmente la ética no se entiende sin Dios.

Perdón por un comentario que pretendía ser eso, un comentario, y al final se ha convertido en casi un texto.

(Lo publiqué en forma de comentario en el blog de Carlos López Díaz, y hoy quiero compartirlo aquí)

Un cordial saludo, Carlos, y, como siempre, muchas gracias por tu excelente texto.

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