Dicen que la podemista Rita Maestre se molestó cuando la seguridad del Congreso la sometió al cacheo que han de pasar todos los visitantes. Y se fastidió tanto que se lo hizo saber a su jefe de filas, Pablo Iglesias, el cual no dudó en presentar reclamación sobre el asunto al mismísimo Ministro del Interior. Un privilegio, ese de que sus reclamaciones lleguen en cuestión de minutos al ministro del ramo, que evidentemente no tienen el común de los ciudadanos, sino solamente los de la "casta", por nueva que sea.
Ya vimos en el pasado como Iglesias hizo uso de sus privilegios como "casta", por ejemplo cuando retrasó un vuelo para no perderlo por culpa de un retraso en una votación. Y así seguimos, y así seguiremos. Con una nueva casta política que usa los privilegios como los de la antigua que denunciaba. Algo debe cambiar para que todo siga igual.
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