Y lo peor es que la decisión la tiene que tomar el susodicho y que no hay término medio. Porque la realidad es que un gobierno multipartito con al menos siete partidos (PSOE, Podemos, los tres aliados nacionalistas de Podemos y al menos dos partidos más), de los que cinco tendrían un alto componente separatista sería matar a España o como poco meterla en la UVI por bastante tiempo.
¿Y cuál es la alternativa para Pedro Sánchez? Reconocer su incapacidad para ser Presidente de Gobierno y dejar que Susana Díaz le sustituya en un abrir y cerrar de ojos político al frente del PSOE.
Es difícil de creer que un político como Pedro Sánchez se vaya a suicidar políticamente de manera tan fácil. Antes de ello creo que intentará presidir un gobierno multicolor por el menor tiempo posible (un año o poco más) para tener la ventaja de poder convocar elecciones anticipadas desde la Presidencia. Aunque todo es posible, y si el precio que piden los separatistas es demasiado alto, puede que haya un poco de cordura en los demás líderes socialistas y no le permitan a Sánchez pagarlo.
La realidad es que, como están las cosas, siendo mala la inestabilidad de tener que esperar a repetir las elecciones, sería infinitamente peor tener un gobierno variopinto que, además, lo único que haría sería prolongar esa misma inestabilidad en el tiempo, hasta la convocatoria de unas seguras elecciones anticipadas.
¿Qué va a pasar? La verdad es que no lo sé. Cualquier cosa puede ocurrir. Pero vista la importancia que tiene la Presidencia del Gobierno de España, aunque sea por corto tiempo, un tiempo en el cualquier cosa puede pasar, y vista a la vez que la única alternativa es el suicidio político, me inclino porque Pedro Sánchez va a conseguir liderar un Ejecutivo que va a terminar dejando España hecha unos auténticos zorros. Quiero equivocarme y que lo que suceda sea la repetición de las elecciones.
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