Lo leí en Público, pero no me llamó la atención hasta que le oí decir a Pedro Sánchez en su intento de investidura que no haría depender la gobernabilidad de España de la abstención de ERC y PiL, por la posición constitucional que tienen los socialistas, totalmente opuesta a la de dichos partidos.
La falta de sensatez en el PSOE, por unos u otros motivos, dependiendo de la época, tiene al menos 33 años de edad (desde 1983, fecha en que los GAL empezaron a actuar).
Por eso, después de leer el artículo mencionado y escuchar las palabras de Sánchez, me pregunto si de verdad el PSOE en general y su líder muy en particular van a desaprovechar esta oportunidad de llegar a la Presidencia del Gobierno. ¿Va a haber en el actual PSOE algo de sensatez? Veremos. Por lo pronto lo único que puedo hacer es hacerme la pregunta, sin respuesta por ahora, y darles, por mínimo que sea (muy mínimo), el beneficio de la duda.
Por otra parte, la dureza de Rivera contra Rajoy y contra el PP (innecesaria, porque no era su papel en el debate), sumada a su apoyo a Sánchez, puede ser una auténtica insensatez de cara a una posible repetición de las elecciones. La mayoría del apoyo a Ciudadanos llegó de votantes descontentos del PP, los cuales, a pesar de ello, difícilmente entenderán el apoyo casi incondicional del partido naranja al PSOE, sobre todo si, como parece, los de Rivera no van a hacer lo mismo con el PP.
Habrá que ver lo que pasa en los próximos días. Lo lógico sería una candidatura de Rajoy a la Presidencia de Gobierno (para demostrar que no es el perro del hortelano) en la que fuera apoyado por Ciudadanos (para demostrar su centralidad). Pero si Rajoy va a la sesión de investidura y Rivera no la apoya, este último va a tener muy difícil explicar a su parroquia que está en el centro de la pista. Ese escoramiento hacia la izquiera podría pasarle una seria factura si las elecciones se repiten en junio.
De todos modos, dicho todo lo anterior, no me parece descaratable que la cosa política acabe dando un giro total para terminar demostrándonos que todo esto no era sino una perfecta función teatral (o circense) planeada por Sánchez e Iglesias (con la colaboración como actor secundario de Rivera), a quienes veamos al final gobernar juntos (y puede que hasta revueltos) con el permiso de los separatistas.
Las respuestas a todo este rompecabezas las empezaremos a ver en los próximos días, porque, ahora sí, el reloj de cuenta atrás de los dos meses para disolver las Cortes ya está en marcha, y tiene una fecha final, el 2 de mayo.
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