Desde hace tiempo he querido escribir, resumidamente, mi posición sobre la monarquía. Para mí, desde una perspectiva de democracia y de libertad, la monarquía no es más que la extensión en el presente, de manera completamente artificial, de unos privilegios de unos pocos arraigados en el pasado.
Nadie tiene derecho a gobernar sin haber sido previamente elegido en una votación democrática. Por lo tanto, la monarquía es una institución totalmente antidemocrática, que basa sus privilegios no en la elección de los ciudadanos, sino simple y llanamente en nacer dentro de una familia.
En las monarquías occidentales bien es cierto que la monarquía desempeña un papel meramente decorativo, y que quien realmente ejerce el poder ejecutivo es el gobierno elegido por los votantes. Pero ello convierte a la monarquía en una especia de parásitos sociales, que viven un altísimo nivel de vida por el mero hecho de nacer, a costa de los demás ciudadanos.
Desde una perspectiva general me parece, por lo anterior, que la monarquía es una forma de gobierno totalmente rechazable. Lo dicho, nadie que no haya sido elegido puede ostentar, ni real ni simbólicamente, ningún tipo de poder.
Ahora bien, cuando llegamos al caso de España la cosa se torna un poco más complicada. Debemos recordar que nuestro pasado relativamente cercano se remonta a una guerra civil de tres años (1936-1939) y una dictadura personal de extrema derecha de treinta y seis (1939-1975). En ese punto, a la muerte del dictador, Francisco Franco, toma el poder, por voluntad del extinto dictador, Juan Carlos, en calidad de rey. A priori, por lo tanto, nada más rechazable que una monarquía impuesta por una dictadura.
Lo que pasa es que Juan Carlos dio un giro a la situación, probablemente por propia supervivencia de la monarquía, transformando de forma pacífica la dictadura en una democracia. Una democracia basada en la Constitución de 1978, que fue aprobada mayoritariamente por los españoles, y que tiene como uno de sus pilares la monarquía en la figura de Juan Carlos y sus sucesores.
Nada, por lo tanto, que objetar desde el punto de vista formal al hecho de que, legalmente, Juan Carlos sea el rey de España, y ostente el poder de forma simbólica, mientras que el Presidente lo ejerce de forma práctica.
Reconozco el mérito de Juan Carlos, al haber sabido rodearse de personas que, sumadas a él mismo, supieron dirigir la transición de una dictadura a una democracia, lo cual, al menor fallo, pudo desembocar en un enfrentamiento civil o en un golpe de estado.
Pero todo lo anterior no me hace monárquico, ni tampoco defensor de la monarquía para España. Entiendo que la Constitución de 1978, que instaló el sistema antidemocrático de la monarquía para España, fue el menor de todos los males posibles en aquel momento. Y probablemente ahora también, visto lo visto.
De todos modos, lo deseable para España sería un gran acuerdo entre los partidos mayoritarios, PSOE y PP, al que no dudo que se unirían casi todos los demás, para proponer a la ciudadanía una defenestración de la monarquía española como forma de gobierno, convirtiendo a España en una república.
No se me oculta que lo anterior es difícil y complicado, sobre todo en vida de Juan Carlos, a quien la ciudadanía española tiene una especie de agradecimiento por haber dirigido la ya mencionada transición; no es mi caso, que pienso que Juan Carlos solamente trataba de preservar sus privilegios, y era conocedor perfectamente que una dictadura monárquica era impensable, por lo que la única alternativa posible era una monarquía democrática; pero, por supuesto, entiendo que mi posición no es la mayoritaria en la ciudadanía española, sino la anterior del agradecimiento.
Pero a la muerte de Juan Carlos (a quien, por supuesto, le deseo larga vida) creo que existirá la posibilidad de eliminar la monarquía de España. Ese agradecimiento no es hereditario, y estoy convencido de que no existirá hacia Felipe; y también supongo (y deseo, lo reconozco) que Felipe cometerá alguna metedura de pata lo suficientemente grande como para abrir el debate de ¿monarquía o república? Será el momento de elegir, por fin, una república para España. Mientras tanto no queda otro remedio que esperar y convivir con la actual monarquía como un mal menor, pero mal al fin y al cabo.
Hola José. Gracias por incluirme en tu lista de blogs liberales.
ResponderEliminarEn cuanto a la monarquía, en líneas generales estoy de acuerdo contigo. Pero como bien dices, España es un caso singular. Las dos primeras experiencias republicanas acabaron como el rosario de la aurora. ¿Merece la pena intentar una tercera? Es posible. Sin embargo, cuando uno analiza el pelaje de los republicanos españoles (ERC, IU, BNG, CHA y PSOE entre otros)es para echarse a temblar. ¿Cómo interpretarían estos aspirantes a tiranos el derrocamiento de la monarquía? Seguramente como un cheque en blanco que les permita instaurar, no una república democrática, sino un régimen que les perpetúe en el poder. Sería como sustituir el derecho divino de la monarquía (absoluta) por el derecho divino de los autoproclamados representantes del pueblo. Un tema interesante que precisaría un debate sereno y profundo. Pero ya sabes que en España eso de pensar, debatir, analizar, no está muy bien visto. Para ejemplo, lo del referéndum sobre la supuesta constitución europea. Compara lo que está ocurriendo en Francia con el espectáculo que dimos los españoles. ¿Te imaginas a Los del Río opinando en un debate sobre Monarquía o República? Pues, eso. Hasta la vista.
1-Felipe puede cometer las meteduras de patas que le apetezcan que no habra medio de comunicacion que las publique.Para burla,escarnio y critica ,tenemos en España al Principe de Gales.De los de aqui calladito si sabes lo que te conviene.
ResponderEliminar2-El cambio de Monarquia a Republica,si queremos hacerlo de acuerdo a la Constitucion del 78,es tan complicado que es imposible.
3-España jamas sera Republicana y no por los monarquicos sino por los nacionalistas,especialmente aquellos que llevan en su nombre eso de "republicana".La razon es que ellos estan en contra "del cafe para todos" que criticaba Pujol.Incluso Maragall lo define como "diferencial asimetrico".Es decir suponiendo la ficcion de que España es una union de Estados lo que no es posible es que esos Estados no tengan los mismos derechos en un hipotetico Congreso de la Republica.
"Nadie tiene derecho a gobernar sin haber sido previamente elegido en una votación democrática."
ResponderEliminarNo lo tengo muy claro yo. Mejor dicho, cada vez lo tengo menos claro. El gobernante es más legítimo a mi juicio por la libertad de que se disfrute bajo su mandato, no por más democrático. Que sea interesante la democracia para la liberad es generalmente cierto, pero conceptualmente es diferente.
En el caso concreto de España, no pasa absolutamente nada por dejar la institución real en paz.
Dodgson.
José... yo creo que es irrelevante si respetamos la Monarquía o no la respetamos. A ver, como "económico" para las arcas del Estado, nada como una República; no se necesitan Palacios para el Príncipe heredero... ni tendrían asignación ninguno de los descendientes del mismo Presidente de la República.
ResponderEliminarHasta aquí, todo ventajas, pero, por otra parte:
Nadie conoce (excepto los propios habitantes de la República en cuestión) el Presidente de la INMENSA MAYORÍA de repúblicas. Absolutamente todo el mundo sabe quién es el Rey de España.
Aunque a mi juicio, poco bueno ha aportado a España la dinastía de los borbones... forman parte del Estado. Tiene el Rey un reconocimiento que no tendría un Presidente de la República española.
Dicho todo esto, si me pedís mi opinión... personalmente preferiría una República.
Saludos liberales.
Tu post donde reflexionas sobre el origen antidemocrático de la monarquía me parece magistral. Estoy absolutamente de acuerdo contigo y espero que pronto haya un partido político republicano de centro. La gota que ha colmado el vaso ha sido su falta de humanidad, de responsabilidad, de inteligencia ante la muerte de Juan Pablo II. Espero que la "Leti" haga bien su trabajo y funda la monarquía. Así es como ven desde fuera al Borbón WWW.BLOGLIBERAL.TK
ResponderEliminarDiscrepo contigo, José, me parece que por la historia "reciente", la monarquía ha dado mucha estabilidad a la sociedad española, más que la república. Es evidente, que la monarquía actual no es la de los antiguos Borbones o Austrias. Creo que por nuestra idiosincrasia, en España, un presidente de República, que es casi un papel decorativo, no calaría (pregunta a cualquier españolito de a pie los "presidentes" de repúblicas vecinas, y el 90% te dirán los primeros ministros, pregunta los reyes de no se cuantas monarquías, y el 99% te lo dirán correctamente, puede ser lo que vemos en la tele pero...). Además, claro, eso de no "mandar", de no tener el poder, no mola, y ¿quién tiene el poder en una república?. Ahora bien, si educas a alguien desde pequeño a "hacer" un papel, "decorativo" como dicen algunos, que gracias a la "preparación" que ha recibido, seas capaz de hacer de "relaciones publicas" de un país hacia el exterior y de "aceite de engrasar" la maquinaria política y "social" de un país hacia el "interior", pues que quieras que te diga, lo prefiero a cambiar cada x años por un tío, que a saber que preparación tiene, para hacer lo mismo.
ResponderEliminarOtra cosa es que algunos quieran ver en la monarquía una "distinción de clases" y todas esas tonterías... Porque claro, me gustaría ver lo que costaría que en vez de un rey hubiera un presidente de república, y no solo me refiero al dinero... porque en el caso de asuntos monetarios, por ejempo, el palacio que se construyo en la Zarzuela el principe, sigue siendo patrimonio del estado...
Vamos, llamame monárquico o antidemocrático (que creo no serlo :-) ...
Un saludo.
Sin más: la ilegitimidad de la monarquía como forma de gobierno ni siquiera tiene sentido discutirla. Experiencias pasadas, la bondad del borbón, su talento como abrepuertas comerciales son irrelevantes frente a lo que creo una obligacióm moral: pedir con toda educación a la familia real que deje su trabajo. Ni siquiera hay que cortarles la cabeza, ni mandarlos al exilio, ni quitarles la zarzuela. Que se vayan. Además, creo falsa su neutralidad política hoy día y, frente a los años de la transición en que se trataba de una monarquía pobretona, alguien debería explicarnos cómo son los dineros privados del Rey, su familia y de donde vienen. Pero de todas formas, la cuestión no es si se está en contra de esta monarquía, que yo lo estoy, la cuestión es si se está a favor de establecer un régimen republicano de una vez. Nadie se atreverá y admito que, en el fondo, no es urgente.
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