martes, 12 de abril de 2005

Menos autonomías, menos gasto

Sigo con el tema de las autonomías españolas. En mi anterior texto sobre el tema, hubo un destacado comentario, de Kantor, que anotó el caso de Suiza, que con seis millones de habitantes tiene 18 cantones. Ahora bien, la clave él mismo la apunta:

Claro, el Estado allí esta muy descentralizado, pero es PEQUEÑO.

Diferencia sustancial con España, a mi manera de entender. Porque el problema en sí no es tener 17 autonomías, sino que el problema es tener 17 parlamentos autonómicos y 17 gobiernos autonómicos, con sus presidentes, consejeros, asesores, defensores del pueblo, y demás parafernalia, añadiendo a todo eso un funcionariado gigantesco, y una burocracia inmensa. Aunque no dispongo de cifras concretas, estoy completamente seguro de que es un gasto realmente altísimo, y muy doloroso de costear por los ciudadanos, gasto que, además, a mi entender es totalmente superfluo, porque se podrían, como he dicho, añadir más espacios geográficos y ciudadanos, con exactamente los mismos resultados y muchísimo menos gastos.

Estuve indagando en el INE y, con datos más actualizados que los anoté en mi anterior, texto, tenemos que España tiene un total de 43.197.684 habitantes, lo que nos da una media de 2.541.040 habitantes en cada una de las 17 comunidades autónomas.

Es muy interesante ver una lista de las autonomías uniprovinciales, es decir, las que solamente contienen una provincia, con los habitantes de las mismas:

Asturias 1.073.761
Baleares 955.045
Cantabria 554.784
La Rioja 293.553
Madrid 5.804.829
Murcia 1.294.694
Navarra 584.734

A lo anterior cabe añadir cuatro autonomías más que tienen menos de dos millones de habitantes:
Aragón 1.249.584
Canarias 1.915.540
Castilla - La Mancha 1.848.881
Extremadura 1.075.286

Si de esa lista exceptuamos a Madrid (que es la tercera comunidad autónoma más poblada de España), tenemos ¡10 comunidades autónomas! que no superan los dos millones de habitantes. Solamente con añadir dichas comunidades a las más cercanas (o sumar algunas de ellas) estaríamos hablando de reducir las autonomías a la mitad o incluso menos.

Haría falta, por supuesto, un gran pacto de estado, donde los políticos pusieran los intereses de los ciudadanos por encima de los suyos propios y sus partidos. Cosa casi imposible (probablemente sin el casi) en España, lo sé. Porque ningún político (o casi ninguno, para dejar una puerta abierta a la excepción) va a querer liquidar el puesto del trabajo del que vive. En ese sentido es claro que los políticos de las autonomías pequeñas van a querer siempre ser cabeza de ratón (por intereses personales) en vez de ser cola de león (lo que, desde mi punto de vista, convendría a la ciudadanía).

Pero la posibilidad existe. Y, desde mi punto de vista, sería de sentido común hacerlo. Harina de otro costal es que no haya ningún tipo de voluntad política en hacer de esa posibilidad una realidad, por los mencionados intereses personales de los mismos políticos. Por más que esa realidad beneficiaría, y mucho, a los ciudadanos.

4 comentarios:

  1. Las comunidades autonómicas fue el mayor error de la transición. ¡Y hay quien se siente orgulloso!
    by Coase

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  2. Y de los ayuntamientos hablamos otro día... En mi provincia los tenemos a la patada, como champiñones. Y cada uno con cuatro vecinos. Pero claro, a ver quién es el guapo que le quita el chollo a tanto cacique local.

    Mi profesor de Administración Pública nos habló de la reforma administrativa en el Reino Unido. Allí se concedió un ayuntamiento propio a las poblaciones por encima de X habitantes y se acabó.

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  3. No acabo de ver la racionalidad de los argumentos. Si la gente quiere 17 o 22 autonomías es irrelevante desde el punto de vista político. Al ciudadano con su voto le corresponde decidir si quiere ser autónomo, aunque tenga costes de eficiencia. De la misma forma que la nación y el sentimiento nacional no se pueden imponer, no tiene sentido forzar a vivir a la gente en esquemas políticos que no desea. Creo que es todo lo que se puede decir desde un punto de vista democrático.

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  4. El autor de esta entrada creo que no tiene razón en lo que dice. En las CC.AA. más grandes como Castilla y León no está claro que a los ciudadanos de algunas provincias les guste ser "cola de león". En Castilla y León, los de León muchos de ellos quieren tener autonomía propia y en Andalucía, también hay gente que en ciertas provincias de la Andalucía Oriental, sobre todo Jaén si mal no recuerdo, también desean autonomía propia. ¿El motivo? Que desde su punto de vista se pasó de un centralismo basado en Madrid a un centralismo aún mayor basado en la capital de la CC.AA. y eso no les gusta.

    Por otra parte, las regiones se establecen en base a criterios históricos, culturales y etnográficos y de tradición, que el autor pasa totalmente por alto porque parece que sólo tiene en cuenta una supuesta "racionalidad" económica (que por otra parte no queda demostrado que unidades administrativas más grandes sean más rentables, porque aunque se reduzcan cargos por un lado, puede que tengan que aumentar por otyro al tener que designar delegados o funcionarios provinciales y aparezcan otra clase de problemas derivados de las organizaciones más centralizadas). Ese modelo lo veo de corte tecnocrático y creo que sólo sería viable en una dictadura, lo siento.

    Un saludo.

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