Leí en algún sitio que Zapatero estaba muy contento con la línea política de su Gobierno, en el sentido de sacar adelante leyes como la del divorcio o la del "matrimonio gay", porque eran populares y no tenían costo económico.
Pues muy bien, que con su pan se lo coma. Pero eso no es gobernar. O al menos no es la parte principal de dicha función, la cual está reservada a los problemas cotidianos de los ciudadanos. Y en esa área la verdad es que el Gobierno deja mucho que desear.
LLegó la sequía... y todos descontentos con el trasvase de agua. Llegó el incendio... y 11 muertos. Llegó el puente festivo... y atascos hasta las narices. Llegó el acuerdo pesquero con Marruecos... y recorte de casi 300 barcos.
Las leyes "políticas" están muy bien, pero la realidad cotidiana es otra cosa. Y en esa realidad del día a día, en cuanto la carrera se pone cuesta arriba, el Gobierno, con su Presidente a la cabeza, se queda atrás y es vencido por los acontecimientos.
Que triste padecer un Gobierno que a cada circunstancia contraria tiene que poner un excusa, porque simplemente no sabe gobernar.
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