Parafraseando un dicho popular, la libertad bien entendida empieza por uno mismo, y esa es la razón por la que creé este pequeño rincón en la cosa de los blogs, para poder expresarme con total libertad.
Aunque, por supuesto, también creo en la libertad como valor general. Y por eso dejo libremente que quien lo desee opine sobre lo que yo expreso. También por eso no he borrado ningún comentario, aunque en ellos a veces se incluyan determinados adjetivos no demasiado positivos hacia mi persona u otras. Es la libertad de expresión, no solo la mía, sino de los que leen y quieren escribir.
Antes participaba más en los comentarios. Ya casi no lo hago (aunque intento leerlos siempre), por falta de tiempo. Poco más puedo hacer que expresar mi opinión sobre lo que considero oportuno, y dejar que los demás opinen sobre lo que yo he escrito.
Ahora bien, cuando un comentario (o parte de él) me llama especialmente la atención, y considero que vale la pena argumentar sobre la cuestión de forma larga, lo hago en forma de artículo. Es mi libertad, en mi pequeño rincón. El comentarista puede, por supuesto, verter sus comentarios en el espacio de los mismos.
Este post viene a cuento de un comentario de Fran a un texto que escribí ayer (a quien aprovecho para mandarle un cordial saludo), y también de paso para que todos mis amables lectores (concordantes y discrepantes) sepan cual es mi forma de trabajar en este mi pequeño rinconcito (mientras Blogger lo permita).
O.K.
ResponderEliminarYo la queja que tengo es más que nada que al hacer eso una discusión se divide en dos post diferentes, y cuesta más seguirla.
ResponderEliminarCuando no se disecciona un post y no me entero (yo en este caso, el autor en todos los casos) hasta varios dias después, ya que la URL que yo consultaba ya no era la que contenía la discusión.
Por lo demás, evidentemente, tienes (incluso debes ejercerlo) el derecho a utilizar tu página en el formato y manera que creas conveniente.