El partido de Macron ha arrasado en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas. Todos los demás se han hundido, más o menos, pero hundido al fin y al cabo.
El partido del Presidente, La República en Marcha, ha cosechado el 32% de los votos (uno de cada tres votantes). En segundo lugar el partido derechista, Los Republicanos, ha sido el menos hundido, con un 21%. Y después la debacle. El Frente Nacional, de Marine Le Pen, 14%. Francia Insumisa, o sea, los comunistas que como en todas partes se avergüenzan de llamarse así, se quedan con un 11%. Y el Partido Socialista se precipita al vacío de un 10%.
Así las cosas, y puesto que el sistema electoral francés es de elección individual a doble vuelta, tras el corte de ayer todo apunta a que el invento político del ya Presidente va a ser apoyado mayoritariamente por los votantes el próximo domingo y se va a llevar al gato al agua con una amplia mayoría absoluta en el Parlamento.
Lo que realmente indican estas elecciones es una crisis de legitimidad sin precedentes en la historia de la V República.
ResponderEliminarhttp://www.voltairenet.org/article196800.html
Con más de un 51% de abstención, los votos al movimiento macronmaniaco sólo suponen un 16% de los electores.
A la espera de lo que pase en la segunda vuelta (apenas se han adjudicado 4 puestos) se vislumbra una Asamblea Nacional entregada al monarca-presidente.
http://elections.interieur.gouv.fr/legislatives-2017/FE.html
Es probable que aprovechen para volver a cambiar el sistema electoral (ya lo hizo Mitterrand) transformando la cuasidemocracia francesa en una partitocracis como Alemania, Italia o España.
Recalco la importancia del sistema electoral. En el vigente en las partitocracias, se excluye explícitamente la representación política.
ResponderEliminarSólo cabe la identificación con partidos de integración de masas. Esto es, que siguen el modelo de los partidos fascistas o comunistas pero que, en la práctica, carecen de ideología definida más allá de su adhesión al consenso neoliberal (ya sea desde una perspectiva keynesiana o monetarista, pésimamente entendidas en ambos casos)
Cuando hay opciones políticas más que de sobra irse a la abstención es una solemne tontería. Los votos que se cuentan son, obviamente, de los que votan, no de los que no votan.
EliminarEn una partitocracia como la española, la alemana o la italiana, la abstención es la única opción para no legitimar un sistema de poder inherentemente corrupto y el que los ciudadanos, al carecer de genuina representación política son meros súbditos fiscales en manos de partidos políticos estatales.
ResponderEliminarEn una cuasidemocracia como Francia, en la que sí existe posibilidad de representación política a través del diputado de distrito, la abstención nos indica hasta que punto la ciudadanía ha dado la espalda al sistema. Desde luego, muy mala señal.
En cualquier caso, la legitimidad de cualquier sistema que precisa del refrendo popular se basa en la adhesión electoral que logra concitar. Si la adhesión fuera del 75%, ese sistema político no caerá inmediatamente pero carece de legitimidad ante la ciudadanía por lo que sólo se mantendrá en el poder a base de demostraciones de fuerza.
Por ejemplo, ¿es legítimo el gobierno electo argelino, ganador en unas elecciones con más del 60% de abstención?
La abstención en Argelia empaña la victoria del partido de Buteflika
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/05/actualidad/1493988857_473447.html
Con respecto a Macron, le recomiendo este revelador e hilarante análisis sobre una de las necedades publicitadas por este personaje.
ResponderEliminarhttps://plazamoyua.com/2017/06/12/si-macron-es-el-salvador-del-populismo/