Un sujeto al volante de una furgoneta en Londres atropelló a todos los musulmanes que pudo cuando estaban saliendo de una mezquita. Después se bajó del vehículo gritando la frase que da título a este mensaje. El resultado del ataque es, al parecer, de un muerto (digo "al parecer" porque no está claro si lo fue por el atropello o por causas naturales, ya que era un anciano que previamente estaba tendido en la acera y recibiendo auxilio de otras personas) y varios heridos, algunos de ellos de gravedad.
Hasta aquí los hechos. La valoración me parece simple. En primer lugar, el atentado es completamente injustificable y totalmente condenable. Y en segundo lugar, es lo que puede llegar a pasar muy a menudo en un futuro más o menos cercano. Musulmanes fanáticos matando gente inocente. Y, como reacción, otros fanáticos matando musulmanes inocentes. Una escala muy peligrosa, peligrosísima.
Hace tiempo, cuando escribí por aquí (cito de memoria) sobre el riesgo de una guerra civil en Europa un comentarista me preguntó que cuáles serían los bandos (también cito de memoria). Pues aquí tenemos un ejemplo, que, por desgracia, puede resultar mínimo, a pesar de su gravedad, en comparación con lo que puede estar por llegar.
yo vivo en londres
ResponderEliminarla sensacion de paranoia es espectacular, el otro dia en wimbledon un moro estaba mirando un movil en su mano durante 15 segundos y la policia se abalanzo sobre el
lo de ayer si bien condenable, en 35 anyos de terrorismo etarra jamas hubo represalias, es bueno que haya un poco de backbone que se dice aqui en la poblacion local, agallas, aun no esta todo perdido
la otra es como treacionaron ellos se abalanzaron sobre el etrrorista, nosotros todos corriendo, poorque mentalmente estan mas equipados para el engfrentamiento
Ese es el problema, que nos meten el terror en el cuerpo.
Eliminar"Good Fences Make Good Neighbors".
ResponderEliminarLas vallas las puedes poner en la frontera o las tendrás que poner en la puerta de tu casa.
Pues sí.
EliminarSon cosas que pasan cuando uno se deja llevar por la "islamofobia".
ResponderEliminarEs una reacción (injustificada y condenable) a la acción de la "occidentalfobia" y a la acción del ataque terrorista sistemático contra las personas que creen y practican la libertad individual.
Eliminar¿Por qué es injustificada? Se puede realizar un ejercicio de reflexión sobre si les compensó a las víctimas de ETA confiar en el estado para que asesinas múltiples como "la Tigresa" cumplieran apenas 1 años de cárcel por asesinato o para que los cómplices de los asesinos estén hoy gobernando en Navarra y muchos otros sitios.
EliminarPor no hablar de los recogenueces.
¿Tendremos que esperar a que haya partidos islamistas gobernando en Europa?
Totalmente injustificada. No se puede coger un vehículo y atropellar a gente indiscriminadamente. Si justificamos eso nos estamos poniendo al mismo nivel que ellos.
EliminarSobre ETA, indudablemente las penas fueron (y son) extremadamente mínimas. Había que haberles condenado a cadena perpetua. Pero se intentó la "vía GAL" y aquelló acabó como acabó.
La solución siempre es endurecer las leyes. Y en el caso presente de puede (y se debe) hacerlo. Empezando por retirar los permisos de residencia (que es un privilegio y no un derecho) a todos los ciudadanos de todos los países del mundo excepto los europeos y americanos (del norte, centro y sur).
¿De verdad crees que unas penas a cadena perpetua no serían convenientemente revocadas "por conveniencia política"?
EliminarLa víctima es doblemente víctima, por parte del criminal y por parte del estado. Las penas no se dirigen, sobre todo, a resarcir a la víctima, sino a "reeducar" al delincuente.
Lo del GAL fue una chapuza corrupta, condenable por no haberse hecho desde los servicios de inteligencia, como hace USA, UK, Israel, etc.., sino a través de vergonzosos sistemas mafiosos, útiles para robar dinero.
Respecto a los permisos de residencia, más peligroso es, como se ve, el hecho de tener la nacionalidad.
No se puede regalar con un bonobús o por haber nacido en un suelo u otro, y sí aplicar, de verdad, el Ius sanguinis.