La gente tiene miedo a participar en actos multitudinarios (yo mismo me quedé preocupado cuando hace unas semanas mi hija participó en un desfile). La policía y el ejército tienen cada vez más potestades. La gente acepta de modo resignado el recorte de libertades en aras a, en teoría, una mayor seguridad. Una parte de la prensa renuncia explícitamente a ridiculizar a Alá y a Mahoma (pero lo siguen haciendo con figuras de otras religiones, en especial la cristiana). Otra gran parte de esas misma prensa no lo hace explícitamente, pero su autocensura a la hora de tocar estos temas es más que evidente. Mientras tanto los guetos musulmanes en los países occidentales se convierten en muchos casos en sociedades paralelas, con sus propias leyes, donde no entra la policía; y esos guetos se convierten en criaderos de terroristas, tanto foráneos como autóctonos. Muchos de sus lugares de culto más que eso son centros de ataque contra las libertades occidentales, con lo que ello implica de radicalización del personal que allí asiste. Y a la vez nuestros políticos, todos en general y los de izquierda muy en particular, callan ante los desmanes e incluso se abrazan con los que los que los instigan.
Por ahora, sin duda, van ganando. Ellos cada vez ocupan más espacio (a todos los niveles) y nosotros cada vez nos limitamos más. Nuestros gobernantes hablan y hablan (sobre todo justo después de cada atentado), pero en el día a día no nos protegen como debieran, sino que muchas veces nos dejan a merced de estos fanáticos. Así están las cosas. No soy muy optimista respecto a este tema, desde luego.
Al menos tú vives en un país en el que puedes adquirir con cierta facilidad un arma para defenderte...
ResponderEliminarEso no ayuda mucho ante un ataque terrorista bien preparado... aunque sí, es algo.
EliminarVosotros muchos hijos no queréis tener tampoco. ¿Tendrán vuestros hijos la misma preocupación que la vuestra. Noto que haréis lo mismo que los ciudadanos romanos cuando los bárbaros germánicos entraron al Imperio, refugiaros en vuestras residencias.
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