Por mucho que quiera marear la perdiz con reuniones con Iglesias y Rivera la verdad es que Pedro Sánchez está preparando secretamente sin prisa pero sin pausa su moción de censura ganadora con apoyo en Podemos y nacionalistas. Sánchez, obsesionado con llegar a La Moncloa sea como sea, no se va a jugar dicho objetivo a la ruleta rusa de unas elecciones generales que las encuestas dicen que está muy lejos de ganar y que podrían darle a la suma PP+Ciudadanos la mágica cifra de 176 diputados y mandar a Sánchez, esta vez sí, al rincón del olvido.
En esas condiciones solamente hay una alternativa, la que ya estuvo a punto de darse hace unos meses. La suma de PSOE (85), Unidos Podemos (71), ERC (9), CDC (8) y PNV (5) da un total de 178 diputados, dos más de los necesarios para convertirse en Presidente de Gobierno.
El intento de pacto con Podemos y Ciudadanos son solamente fuegos de artificio de cara a la galería, destinados a hacer ver al personal un fallido intento para que parezca que no le queda otro remedio que la anteriormente mencionada alianza.
Lo único que fastidia ese pacto, por ahora, es la obcecación de los nacionalistas catalanes por seguir la vía del separatismo con el archifamoso referéndum del 1 de octubre. Es por ello que no creo que se pueda forjar antes de dicha fecha, cuando todo el panorama quede aclarado.
En otra vertiente del mismo asunto, Rajoy en buena lógica no puede convocar elecciones hasta el domingo 10 de septiembre, por lo que no podría disolver las Cortes hasta más o menos alrededor del 20 de julio (creo que 54 días antes de la convocatoria). Hasta esa fecha el gallego tiene las manos atadas, pero no parece que Sánchez vaya a presentar su moción de censura antes de ese día, así que en breve será el líder del PP el que tendrá la sartén por el mango en cuanto a marcar los tiempos. Supongo que en cuanto se huela que existe riesgo inmediato para que la moción de censura vaya a llegar al registro del Congreso (lo cual, bueno es repetirlo, impide automáticamente la convocatoria de elecciones anticipadas hasta que se vote) disolverá el Parlamento y convocará las mecionadas elecciones.
Pero, mucho ojo, todo esto es una partida de ajedrez en la política. La posibilidad de la moción de censura secreta la conoce Rajoy, claro está. Pero igual de claro es que Sánchez sabe que si Rajoy sospecha algo al respecto va a convocar las elecciones anticipadas. Así que las negociaciones para la moción se pueden llevar de forma no ya secreta, sino más bien ultrasecreta, a través de segundos y terceros espadas, dejando los últimos detalles para cuando ya esté presentada en el registro del Congreso.
Todo lo anterior, repito, queda completamente afectado por el referéndum separatista del 1 de octrubre en Cataluña. Por ello creo que van a aprovechar los tres meses que quedan para avanzar en las negociaciones. Y después... cualquier día nos podemos encontrar con que una moción de censura ha sido registrada por sorpresa en el Congreso de los Diputados. Aquí queda dicho para que cuando pase yo pueda decir, con total falta de modestia, "os lo dije".
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