En España muy pocos (¿hay algunos?) están dispuestos a pagar el precio por esa libertad. Prefieren, aunque no les guste, aceptar los latigazos del asalto y la imposición estatal.
Colaborando a punta de pistola es un texto que lo borda (que lastima de no tener más tiempo para leer blogs). Lo que describe es la realidad. El Estado gana cada día más y más terreno, cortando libertades de los individuos y asaltándolos de forma descarada. Porque solamente como asalto se puede calificar el 18% de I.V.A. (y yo me quejo del 8% en Texas), el 51% de impuestos en la gasolina (en Texas son 38 centavos por galón
-3.8 litros-; el precio actual de la gasolina es alrededor de 3.35 dólares por galón; estamos hablando por lo tanto de alrededor de un 12% de impuestos) o el 80% sobre los cigarrillos (en Texas los impuestos estatales y federales son de 2.08 por pack -ignoro lo que es, porque no fumo- y ese mismo pack cuesta alrededor de 9.94; vamos, alrededor de un 21% de impuestos en el precio final).
Si hablamos de la famosa reducción del límite de velocidad de 120 a 110 km/h, es evidente que la mayoría de la población está en contra, pero aún así los que circulen a poco más de esa cifra tendrán que pagar 100 euros de multa. La única palabra que define eso es una: Imposición.
Ahora bien, una vez que queda totalmente claro que estamos hablando de asaltos e imposiciones por parte del Estado, la pregunta que se me ocurre es ésta: ¿Qué se puede hacer para evitarlo? Porque algo habría que hacer, además de quejarse. Vamos, digo yo.
Pero hacer ese "algo" parece bastante complicado. En España, a pesar de esos asaltos y esas imposiciones por parte del Estado, no existe un movimiento social mínimamente organizado que pueda dirigir unas protestas contra tales tropelías. No solamente eso, sino que tampoco hay un partido que defienda verdaderamente la libertad con posibilidad de conseguir no ya el Gobierno, sino únicamente alguna representación parlamentaria. En estas condiciones la alternativa que los españoles van a buscar a la actual situación es con bastante probabilidad una sustitución en el Gobierno del Estado del actual PSOE por el PP. O sea, que les den algunos menos latigazos.
Alguien dijo que una sociedad que no está dispuesta a pagar el precio por su libertad, no tiene derecho a disfrutar de ella. Y la libertad no se regala jamás, sino que tiene un precio, y es muy alto. Por la libertad hay que luchar cada día, para no perderla, y no digamos ya por alcanzar mayores cotas de ella. Pero en España muy pocos (¿hay algunos?) están dispuestos a pagar el precio por esa libertad. Prefieren, aunque no les guste, aceptar los latigazos del asalto y la imposición estatal, cayendo en el Síndrome de Estocolmo de simplemente buscar y hasta agradecer un cambio de Gobierno que les fustigue algo menos que el anterior. Simplemente no hay alternativa.
Actualización:
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EN ARGENTINA TENEMOS IVA DEL 21%, INFLACION DEL 40%, RETENCIONES EN LA SOJA DEL 35% Y NOS AGUANTAMOS COMO HOMBRECITOS QUE SOMOS SIN CHISTAR.
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