A rey muerto, rey puesto. Y eso ha pasado en Arabia Saudí. Falleció el rey Fahd y ya tenemos en su puesto al rey Abdalá. Nada fuera de lo normal en las monarquías.
Lo que sí me llama la atención es el peregrinaje de mandatarios occidentales que están yendo a mostrar sus condolencias por el muerto y sus respetos por el vivo. Y además me fastidia profundamente porque estamos hablando de dirigentes de países democráticos yendo a un país dictatorial, fanático religioso, perseguidor de libertades políticas y religiosas, y sustentador económico del terrorismo islamista. Asqueroso.
Y, claro, entre los que han ido a inclinarse ante el nuevo dictador religioso saudí está nuestro Juan Carlos. Ya son conocidas las excelentes relaciones que mantenía Juan Carlos con el difunto Fahd, y que parece ser que iban mucho más allá de la esfera política, pasando claramente a la esfera económica, ¿personal? ¿de cuestiones más bien poco claras? ¿muy oscuras?
Pues parece que Juan Carlos y los saudíes quieren que la cosa siga y prospere, porque el nuevo príncipe heredero se ha apresurado a invitar, fuera del orden previsto, a Juan Carlos a una cena privada, con el objeto de abordar la situación de las relaciones familiares y los asuntos de interés bilateral. Vamos, supongo que de como queda el cotarro económico una vez que, a la muerte del finado, allá todos suben un puesto en el escalafón, y además aquí tenemos a nuestro Felipe, es de suponer que más asentado una vez resuelto su problema matrimonial, ocupando cada vez más responsabilidades, entre las que se deben contar un mayor manejo de los negocios muy privados de la familia.
Algo (mucho) me ha olido a podrido siempre en esta relación entre la monarquía española y la saudí. Y ese olor me sigue pareciendo el mismo, pero en aumento.
Los tronos están casi todos podridos. El de España más, y de dinero. Ellos (Juan Carlos, Felipe, Froilancito, Maricalar...) sabrán cómo lo han amontonado.
ResponderEliminarY pasa lo mismo con la relación saudí y los poderosos de USA. Hay una relación satánica entre ellos, basada en el poder del petróleo. Gracias a este los saudíes dan a cambio de petróleo: financiación del terrorismo y soporte ideológico al mismo.
ResponderEliminarPero lo que me ha dejado de piedra es enterarme que los poderosos saudíes se dedican a secuestrar niñas y niños por todo el mundo, principalmente estadounidenses y europeas, para utilizarlas como esclavas sexuales. Lo más asqueroso es la complicidad de los poderosos estadounidenses. Como ya sabéis los príncipes saudíes gozan del privilegio de entrada y salida de EEUU sin ser registrados, lo que aprovechan para comerciar con personas.
Si alguien está interesado en este demoníaco asunto que me ha hecho perder la fe en los norteamericanos puede consultar en esta este enlace.