Sinceramente, cada día me parecen mas semejantes El País y Libertad Digital, un medio defendiendo a capa y espada al Gobierno, haga lo que haga, y el otro atacando al Gobierno por todos los medios, también ocurra lo que ocurra.
Lo anterior viene a cuento de los tres editoriales que he podido leer en Libertad Digital sobre el desgraciado caso del hombre que murió en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas (uno, dos y tres).
Y es que en su primer editorial LD, después de acusar al Gobierno de haber actuado tarde, y de matizar que no obstante, aún está en condiciones de reaccionar adecuadamente, finalizaba su editorial son un párrafo que me sorprendía agradablemente, y que lo hubiera podido firmar sin duda también El País:
El Gobierno tiene el deber de aclarar el asunto. La principal función de un Estado es la de velar por la seguridad de sus ciudadanos, y ésta no se puede garantizar si las propias fuerzas no se someten eficazmente a las condiciones impuestas por el Estado de Derecho. Lleguen hasta donde lleguen las responsabilidades de los agentes y sus superiores en este caso, cabe exigir que se cierre este penoso asunto con la certeza de quien viola la ley obtiene el castigo correspondiente. En especial si quien lo hace es el encargado de hacerla cumplir.
Pues he aquí que cuando el Gobierno hace lo que LD quería, es decir, reaccionar adecuadamente, expedientar a los acusados, separarlas del servicio, y acudir al Parlamento a dar explicaciones, a LD le parece mal. Porque en su segundo editorial casi acusaba al Gobierno de enseñarse con los acusados (o sin el casi), con estas palabras:
No es ajeno a ello el hecho de que sea el Instituto Armado el cuerpo que con más saña e inquina atacan los partidos de izquierda desde tiempos inmemoriales.
Para luego arremeter ya sin contemplaciones:
Tanto la vicepresidenta de la Vega como el ministro Alonso han ejercido de justicieros en los últimos tres días aprovechando la corriente de opinión y el juicio sumario que los medios han aplicado a los guardias imputados en el caso.
¿En qué quedamos? ¿Tenía el Gobierno que aclarar el asunto o no? ¿Hay que dar la cara o no?
Pero es que LD se baja ahora con un tercer editorial sobre el tema, sin mucho sentido a mi modo de ver, donde sin venir a cuento une la detención de dos militantes del PP hace meses (detención ilegal, condenable y donde el Gobierno se equivocó terriblemente) con el asunto actual. Son dos cosas totalmente distintas, y con responsabilidades y medidas por parte del Gobierno totalmente diferentes.
Sinceramente, cada día Libertad Digital tiene menos crédito para mí, porque veo que ha tomado la senda de oponerse al Gobierno en todo, con razón o sin ella. LD es, por supuesto, muy libre de buscar apalear siempre al Gobierno. Pero eso le resta objetividad, y además, lo que es peor, le quita mucha credibilidad a la hora en que verdaderamente tiene base para criticar las acciones del Gobierno.
LD cada día me parece más una especie de periódico de partido (del PP por supuesto, y dentro de él de la línea más radical), donde lo importante no es la verdad en sí, sino el descrédito del Gobierno, por el hecho de no ser de los suyos, sino de los otros. Y eso me lleva a calificar a LD y El País como dos caras opuestas de la misma moneda.
Es lo que tiene cuando la ideologia cede el paso a la politica.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarLa SER (o El País, que da igual) y LD hacen exactamente lo mismo solo que cada uno con su "equipo".
El problema que veo a LD es que la "derecha" (es decir, el que no es progre) no es tan cazurra y limitada como la izquierda.
Por eso a la SER le funciona y le funcionará siempre ser los ultras del PSOE (estos encima tienen la cara de negarlo)
tactica politica. Nada mas que eso!
ResponderEliminarJAjaja, buen post. De hecho LD es muuuuchisimo más radical que El Pais.
ResponderEliminarLa que te va a caer encima de parte de tus amigos liberales... :D
Pues no por mi parte, amigo anónimo IV. José García Palacios es muy libre de escribir lo que crea conveniente y si cree que LD y El País están tomando líneas de actuación similares y pone un ejemplo razonado como ha hecho, no creo que le tenga que caer nada de nadie más allá de la controversia dialéctica que se pueda crear por los que no piensan así.
ResponderEliminarUn saludo
Alberto Illán