Bueno, pues sí, al final Juan José Ibarretxe se atrevió a lanzar su desafío en toda regla al Estado en general y a Zapatero en particular. Y, además, con unas preguntas que dejan la puerta abierta al apoyo de los proetarras al proyecto.
El asunto me parece de lo más oportunista y de lo más miserable. Oportunista porque creo que, aunque previamente anunciado desde hace mucho, se hace de esta forma debido a la derrota en el País Vasco de los nacionalistas vascos ante los socialistas en las últimas elecciones generales. Y claro, hay que evitar a toda costa que en las próximas elecciones vascas esa victoria socialista se vuelva a producir. Por lo tanto creo que lo que Ibarretxe y su gente lo que intentan es tensar la cuerda lo más que se pueda en este asunto del referéndum, para cuando Zapatero, como ya ha anunciado, impida la consulta por los medios legales a su alcance, volver a hacer gala del victimismo de siempre, y buscar que los votantes perdidos en las generales vuelvan a apoyarles para conseguir la victoria en las autonómicas vascas.
Pero es que, además, el asunto es bastante miserable, por al menos dos razones. La primera, que para salir adelante necesita el apoyo de los proetarras del PCTV; vamos, nacionalistas de todo pelaje, incluso los que están a favor de los asesinatos, apoyando la consulta, y partiendo, una vez más, la sociedad vasca, en dos. Y la segunda razón, y más importante, porque la consulta se promueve en plena ofensiva de ETA, con la misma filosofía, ahora casi descaradamente, del árbol y las nueces. Para añadir que si el Estado, como todo apunta, consigue parar la consulta, ello dará alas a los asesinos, que pueden seguir justificando sus barbaridades asesinas en la supuesta falta de democracia en el País Vasco.
Es más, las preguntas son tramposas, y no implican nada, porque pueden significar una cosa y su contraria. La primera habla de que "si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la violencia para siempre." Eso y nada es lo mismo, porque no pide que ETA se disuelva y entregue las armas, con lo que esa "voluntad" podría luego cambiar y volver de nuevo a asesinar.
La segunda pregunta dice que "los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación..." Es decir, habla del inicio, pero no del acuerdo en sí, por lo que todos podrían estar de acuerdo en iniciar ese proceso (que no lo están), pero finalmente el "acuerdo" podría ser impuesto por la mayoría nacionalista a la minoría no nacionalista y ser refrendado en el propuesto referéndum del año 2010, con lo que se consolidaría la división de la sociedad vasca en dos partes casi iguales.
Bueno, el desafío de Ibarretxe y de los nacionalistas vascos está encima de la mesa. Veremos que votan los proetarras (que tiene narices la cosa, que estos tipos sean los que tengan la llave; eso lo dice todo). Pero si la cosa sale adelante en el Parlamento Vasco el próximo día 25 (repito, con el apoyo de los que sustentan políticamente a los asesinos de ETA), la actualidad política española será apasionante (más aún); eso sí, peligrosamente apasionante; demasiado peligrosamente apasionante para mi gusto.
No puedo evitar seguir con mi idea de que, mientras Ibarretxe asoma la cara para que se la partan, Patxi López intentará colar sus propuestas soberanistas por la puerta de atrás
ResponderEliminarEspero equivocarme, pero tal y como está el patio...