Según todos los supervivientes de la camioneta número 17 interrogados después de la guerra, ésta marchó directamente a casa de Calvo Sotelo, sin efectuar ninguna parada en el camino. Aunque esa misma noche efectivos de Asalto se presentaron en casa de Gil-Robles, al que no pudieron detener por encontrarse en Francia, parece razonable suponer, como hizo el jefe de la CEDA, que se trataba de misiones distintas.
Al llegar al domicilio del líder del Bloque Condés encargó a varios guardias y paisanos que vigilasen los alrededores, y seguido por algunos otros penetró en el edificio tras identificarse ante los dos guardias de seguridad encargados de la protección nocturna de Calvo Sotelo. Con el pretexto de efectuar un registro, y amparados en la condición de agentes del Gobierno de varios de los que integraban el grupo, Condés y algunos otros penetraron en casa del diputado monárquico, a quien pidieron les acompañase a la Dirección General de Seguridad.
Al principio Calvo Sotelo se negó por completo: "¿Detenido? ¿Pero por qué?; ¿Y mi inmunidad parlamentaria? ¿Y la inviolabilidad de domicilio? ¡Soy Diputado y me protege la Constitución!" Pero finalmente, al ver que de nada le servían sus argumentos, Calvo Sotelo optó por acompañarles sin oponer resistencia, sin que las reiteradas peticiones de su esposa sirvieran para conmover a sus captores.
Se despidió de su esposa así: "Dentro de cinco minutos te llamaré desde la Dirección General de Seguridad... Si es que estos señores no me llevan a pegarme cuatro tiros".
Le llevaron secuestrado y le subieron a la camioneta. En el banco delantero se sentaron el chofer, el Capitán Condes y José del Rey; en el segundo, algunos paisanos y guardias; en el tercero, que era de espaldas a la dirección, no iba nadie; en el cuarto, otro más, Calvo Sotelo y el guardia del Escuadrón de Seguridad, y, en el quinto, ‘el pistolero’ [Cuenca] y otros paisanos. Se encaminó la camioneta calle de Velázquez abajo, y a los pocos momentos de emprender la marcha, al llegar al cruce con la calle de Ayala, sonó un tiro, y al momento se vio que Calvo Sotelo caía hacia la derecha y ‘el pistolero’ esgrimía detrás de él una pistola con la que, indudablemente, había disparado sobre la nuca de aquél. Al instante, ‘el pistolero’ hizo un segundo disparo sobre la cabeza de Calvo Sotelo, cuando ya éste estaba cabeza abajo. Entonces el guardia del Escuadrón se pasó al asiento de atrás. ‘El pistolero’ exclamó: ‘Ya cayó uno de los de Castillo’, y al mismo tiempo Condes y José del Rey se cruzaron miradas y sonrisas de inteligencia.
Al llegar a la confluencia de Velázquez con Alcalá, les detuvo otra camioneta de Asalto allí apostada, al mando del Teniente Barbeta. Les dejó pasar y siguieron en la camioneta 17 hasta el Cementerio del Este, al llegar al cual el Capitán Condes, José del Rey y algunos otros se apearon, y, tras de hablar breves palabras con dos guardas del cementerio, dieron orden de apear el cadáver, el que extrajeron de la camioneta entre varios y le dejaron dentro del recinto del cementerio, bajo los cobertizos, en una acera próxima a la puerta de entrada.
Era la madrugada del 13 de julio de 1936.
(Copiado de diversas fuentes)
El realto no me parece logico ya que en un tiro a bocajarro es casi seguro quela bala le va a atravesar y si estaban dentro del coche podia herira uno de los presntes ademas de los desperfectos al coche. Tmabien hay la posibilidad de que el sobresalto al oir un tiro a menos de dos metros de él haga que l conductor tenga un a accidente.
ResponderEliminarVamos que es mas que probable que el testimonio de los asesinos no sea veraz y que Calvo Sotelo fuese matado en otro lugar. Quizas en un lugar comprmetedor para Largo Caballero del cual el jefe de los asesinos era guardaespaldas.
Este crimen fué una orden del Alto Mando Republicano. Se cometió un atentado, un crimen de estado, una provocación buscada y deseada. Se demostró una vez más la verdadera calaña de la II República y sus políticos de izquierda. Lo que vino luego fué la consecuencia directa de una situación insoportable. Como dijo Gil Robles: Media españa se resistió a morir, a ser aplastada, a ser exterminada, a ser sometida. Si esa gente hubiera ganado la guerra, el número de fusilados y represaliados se hubiera multiplicado por cuatro. Hubieran dejado a Franco, como un principiante. Ellos mismos lo anunciaron infinidad de veces, lo ensayaron en 1934 y en el Madrid rojo de 1936. La izquierda siempre ha sido así y siempre lo será, con honrosas excepciones, claro está. Está en su ADN.
ResponderEliminarA proposito de lo que dije sobre el lugar del crimen y que hubiese comprometido a Largo Caballero, dado que los interrogatorios fueron despues del aguera es probable que lo de evitar comprometer a Largo ya no tuviese importancia para los asesinos, pero creo que le verdaero lugar del crimen hubiese indicado que el crimen no tuvo nada de una reaccion espontanea al asesinato de Castillo sino que fué algo premeditado y bajo ordenes de miembros del gobierno. Encubrir al gobierno del Frente Popular si que podia ser una consideracion para los asesinos.
ResponderEliminarPor cierto que a los pocos mese o quiizas semanas el gobierno republicano habia liberado a los asesinos de Calvo Sotelo.
La gran figura de Don José Calvo-Sotelo debería ser todos los meses de julio homenajeada por la derecha en el monumento que tiene dicho político en la Castellana de Madrid. Su labor, honradez, fidelidad a sus principios y asesinato por el Estado de la IIª República "democrática", lo merecen.
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