Cuando Podemos estaba en la cresta de la ola de las encuestas y su jefe Iglesias aspiraba a sentar sus posaderas en el sillón del Presidente de Gobierno (tan cerca y tan lejos aquellos tiempos, ¿verdad Pablo?) pensé en escribir este texto y, como casi siempre que no lo hago, ahora me arrepiento.
Pensaba yo decir algo así como que España tiene suficientes controles que impidan que un fanático del tamaño de Pablo Iglesias se adueñe irreversiblemente de la nación, como hizo en Venezuela Hugo Chávez, sobre todo porque la Constitución Española no se puede cambiar de buenas a primeras (tres quintos para las reformas no esenciales y dos tercios y disolución de las Cortes, y otra mayoría de dos tercios de las nuevas Cortes seguida de referéndum para las esenciales). Tampoco podría poner, quitar o cambiar a su personal antojo leyes orgánicas (las que desarrollan la Constitución), porque para eso precisaría mayoría absoluta, cosa que pensaba yo que no conseguiría ni de lejos por sí solo; si la sumaría sería con los diputados del PSOE, y no creía yo que Pedro Sánchez, a pesar de su inconsistencia, fuera a apoyar a estas alturas desvaríos claramente marxistas-leninistas. El único riesgo que yo pensaba que podía existir en ese gobierno podemista-socialista era que vendieran España a pedazos a los separatistas, que no era poco. Por todo ello pensaba yo que lo máximo que Pablo Iglesias estaría en la Presidencia serían, si es que llegaba a ellos, cuatro años (en vez del cargo vitalicio que disfrutó Hugo Chávez, ganando incomprensiblemente elección tras elección), ya que, una vez que los españoles vieran los más que previsibles desastres que iba a hacer, optarían por ponerle de patitas en la calle de La Moncloa.
Pues bien, a día de hoy ya ni eso. Por fortuna España, a pesar de los pesares (que sin duda son muchos), es cada vez menos Venezuela. Podemos se desinfla como un globo, pasando de aquella casi primera posición a la cuarta de ahora. Su líder se empieza a batir en retirada, y aún sin haber pisado el Congreso de los Diputados ya habla de dejar la política "en un par de legislaturas" para "volver a hacer lo que le gusta". Sus seguidores reconocen con la cabeza baja que no son tiempos para que ellos gobiernen. Así están las cosas. Podemos cada día puede menos, y poco a poco se va perfilando como poco más que una IU (o sea, un PCE) con algunas vitaminas más. Hace algún tiempo, cabreado yo por su prepotencia al ver las encuestas de cara, dije que algún día vería la caída de Pablo Iglesias. Parece que ese día no va a ser demasiado lejano.
este articulo es una mentira.-para cambiar la constitucion solo hace falta, esperar a que sea verano, que los españoels esten de vacaciones, entonces se cambian los articulos que den la gana como ya ocurrio en la legislatura de Zapatero.
ResponderEliminarLa reforma del artículo 135 de la Constitución se hizo por el procedimiento constitucional ordinario, y en el Congreso obtuvo el respaldo de 316 diputados, muchísimos más de los 210 necesarios. En el Senado igualmente obtuvo mucho más respaldo del necesario.
EliminarEl País.
Wikipedia.
Congreso.
Cuanto tostón con la Constitución. Por favor, en España no hay Constitución ni nada parecido, lo que tenemos es una Carta Otorgado o Principios Fundamentales del Reino, ya que a la muerte de Franco no hubo ni Libertad Constituyente ni una Cortes constituyentes. Lo que llaman con tanta reverencia constitución fue redactada en secreto por siete personas de una cortes ordinarias. Nunca los ciudadanos pudieron elegir otra cosa que al amo de turno.
ResponderEliminarEn España no cumplimos los requisitos para definir a nuestro país como democrático: no hay separación de poderes ni representatividad en unas elecciones. El ejecutivo controla todos los poderes y el ciudadano no puede estar representado al no existir la elección de representante por distrito uninominal a doble vuelta.
Así que menos tostón con la dichosa falsa constitución no democrática.
Vamos por partes.
EliminarNo es que yo sea un defensor de la actual Constitución, pero tampoco es para tanto respecto a su nacimiento. La ley de reforma política (1976) fue aprobada mayoritariamente por los votantes, las elecciones que se hicieron sobre la base de dicha ley (1977) fueron libres y las Cortes que salieron de la misma tuvieron el carácter de constituyentes, y la Constitución fue aprobada por los españoles claramente (1978).
Todas las constituciones al fin y a la postre son redactadas por un pequeño grupo de personas, luego se debaten en el órgano apropiado, se admiten o rechazan enmiendas y finalmente se someten a votación popular, que vota a favor o en contra. La Constitución tiene también los mecanismos para su reforma, parcial o total.
El sistema electoral español es el que es. Yo también soy partidario de elección uninominal a doble vuelta, porque eso quita mucho poder a los partidos y también hace más responsable a los elegidos ante los electores.
Pero para cambiar eso lo único que hay que hacer es tener un partido, presentarse a las elecciones, convencer al electorado, conseguir una mayoría suficiente, y cambiar la ley.
La democracia española, que muchas veces yo he llamado partidocraca, es muy imperfecta, sin duda, pero es democracia al fin y al cabo, porque dentro de ella existen los mecanismos para poder cambiar un Gobierno por otro, cualquiera. También existen los mecanismos, como he dicho antes, para reformar la Constitución.
La división de poderes es una de las más importantes asignaturas pendientes. Efectivamente el Legislativo depende casi por completo del Ejecutivo (sin el casi cuando hay mayoría absoluta), y el Judicial está muy subordinado al Legislativo por el sistema de elección. Se debe cambiar, pero para eso es necesario que los electores voten a un partido que proponga ese cambio. Con el partido Ciudadanos existe esa posibilidad.
Termino. La actual Constitución Española es democrática, por su forma en que fue votada y por los mecanismos de reforma. Se puede y se debe cambiar, por los cauces legales que ya existen para ello. En mi opinión es muy imperfecta, pero eso es una opinión personal que no puedo usar para calificarla de "no democrática".