martes, 16 de julio de 2019

La fe ciega en el dios Azar

El País está que se sale. Empieza aportando la prueba (casi) definitiva de que Dios no existe:

En nuestro planeta hay unas 4.200 religiones, todas ellas diferentes e incompatibles entre sí, así que todo el mundo es ateo
de alguna manera.


Pero es que la ciencia va a demostrar lo que los chicos de El País ya tienen claro:

Su equipo [del químico Matthew Powner, del University College de Londres] está en la vanguardia del ejército de científicos que tratan de averiguar cómo —a partir de elementos químicos de la Tierra primitiva, como el hidrógeno, el carbono y el azufre— surgió por azar la vida: estructuras con capacidad de copiarse a sí mismas y de automantenerse.

Y listo.

Porque el artículo termina con este párrafo:

“[El estudio de Powner] no resuelve la cuestión de cómo aparecieron los primeros seres vivos, pero contribuye a allanar el camino para entender lo que pudo ocurrir, que es uno de los mayores desafíos de la biología y de la ciencia en general”, señala el bioquímico Juan Antonio Aguilera, de la Universidad de Granada. “Para algunos, es el mayor desafío”.


El resaltado de la palabra pudo es mío.

Vamos, más de lo mismo. Teorías, posibilidades. Fe ciega.

Porque, hablando de números, que son objetivos, las posibilidades de acertar en una cuestión binaria (dos posibilidades) cuando tenemos que acertar en diez cuestiones consecutivas dejadas al puro azar (por ejemplo, si al lanzar un dado queremos que siempre salga un número par) esa posibilidad de acertar (valga la redundancia) es de 1 en 1.024 (una en mil, redondeando). Ahora bien, si elevamos las cuestiones consecutivas solamente a veinte nos encontramos con que la posibilidad de acertar es de 1 en 1.048.576 (sí, una en un millón, redondeado).

Pero si en vez de dos posibilidades hay tres posibilidades (por ejemplo, sacar 1 o 2 en el dado y no 3, 4, 5 o 6) en cada paso, entonces los números, en diez pasos, sería de 1 en 59.049 (una en sesenta mil, redondeando). Pero en veinte pasos, ojo al dato, la posibilidad de acertar sería de 1 en 3.486.784.401 (una en tres mil quinientos millones, redondeando). Y eso en una cadena de veinte pasos con tres posibilidades en cada paso.

¿Alguien se imagina los pasos necesarios para la creación de todo lo que vemos de la nada, que es creación se organizara por sí misma, que la vida surgiera en el planeta Tierra y que esa vida evolucionara hasta lo que vemos hoy? Esos números de una posibilidad en tres mil quinientos millones quedan en un juego de niños.

Pero claro, contra esa fe ciega en el dios Azar nada se puede argumentar. Al fin y al cabo cada cual es muy libre de creer lo que le apetezca. Por irracional que sea esa creencia.

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