Putin quiere que la OTAN saque sus armas de los países de dicha organización de Europa del Este y que bajo
ningún concepto acepté en su seno a repúblicas exsoviéticas. Lo que este sujeto quiere es volver a recuperar el poderío soviético, aunque sea de forma limitada. Y si para ello tiene que pasar por encima de la libertad de los pueblos y la soberanía de las naciones, pues pasa.
Quiere ser un rival de Occidente y no un aliado. El tema causaría risa de no ser porque el tipo es un auténtico peligro, por su enorme ego y su total falta de escrúpulos. Porque, por poner algunos ejemplos, la renta per capita de Estados Unidos es de 65.000 doláres, la del país más pobre de la Unión Europea (Rumanía es de 33.000 y la de Rusia... 29.500. Con estos mimbres pretende oponerse a los países occidentales en general y a Estados Unidos en particular.
Pero, volviendo a las exigencias de este dictadorzuelo, la respuesta que le dio Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, fue la siguiente:
“No transigiremos sobre el derecho de Ucrania a elegir su propio camino. No transigiremos sobre el derecho de la OTAN a proteger y defender a todos los aliados de la OTAN”.
Estoy completamente de acuerdo. Pero lo que hace falta es que la Alianza Atlántica pase de las palabras a los hechos, y que no se quede en mera retórica, tanto por parte de la OTAN como de Estados Unidos. Algo que está por verse.
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