¿Es posible que llegue a funcionar realmente la separación de poderes? ¿En un determinado Estado unos poderes pueden ser contrapoderes de otros en la práctica? ¿El Legislativo puede de verdad controlar al Ejecutivo? Son unas buenas preguntas, porque de sus respuestas depende que los ciudadanos puedan confiar verdaderamente en que su país no está regido por un dictador elegido democráticamente, sino por un Ejecutivo que debe rendir cuentas rápidamente por sus actos, respondiendo (literalmente) de sus decisiones en el tiempo más corto posible.
El pasado sábado a las 6:11 p.m. (tiempo de la costa este de Estados Unidos) el expresidente de Estados Unidos y candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump, era víctima de un serio intento de asesinato mientras ofrecía un mitin de campaña a sus seguidores, en el que sufrió una herida leve de bala en una oreja, pero que por un centímetro pudo atravesarle la cabeza y costarle la vida en el instante, atentado en el que murió una de las personas que asistían al acto y dos fueron heridas gravemente.
Menos de seis horas después, exactamente 5 horas y 40 minutos, era publicada en internet una noticia en la cual se informaba de que la directora del Servicio Secreto, quien es la última responsable de la seguridad de Trump (todos los expresidentes de Estados Unidos por ley tienen seguridad de este departamento federal), era convocada por el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes (equivalente al Congreso de los Diputados en España) para que ofreciera explicaciones del hecho, concretando también la fecha, el 22 de julio.
Todo esto resultó muy curioso para mí cuando lo leí, creo recordar que en el primer momento que entré en mi ordenador después del atentado, tanto que ahora lo he buscado para dejar constancia aquí. Porque estamos hablando de que en pleno sábado por la noche, poquísimas horas después del atentado (unas cinco, si acaso, porque evidentemente debió pasar algo de tiempo entre la decisión y la comunicación de la noticia), la miembro del Poder Ejecutivo que dirige el equipo de seguridad encargado de evitar el atentado que sucedió es convocada por un líder del Poder Legislativo a que únicamente nueve días después dé explicaciones de las razones por las cuales el intento de asesinato (con, recordemos, un asistente asesinado y dos más heridos de gravedad) no se evitó.
No voy a comparar esta celeridad con como son las cosas en circunstancias parecidas en España. Tampoco haré valoraciones políticas del asunto (evidentemente legítimas y posibles, incluso muy probables). Lo único que dire es que, independientemente del color político de la citada y el citador (opuestos), en principio el sistema estadounidense del famoso "check and balances" (es difícil de traducir la idea al español, pero podría ser algo así como "poderes que se controlan entre ellos") parece funcionar bastante bien. Para mí sorprendentemente bien. Porque este tema de la celeridad en la citación (muy pocas horas) y el poco tiempo para la audiencia (muy pocos días) puede que no sea algo que pasará a la historia (si lo comparamos, por ejemplo, con el atentado en sí). Pero a mí me ha resultado un detalle muy significativo.
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