En España no se calculan los daños hasta que la experiencia no lo demuestra y el mal ya ha causado algunas víctimas. Hay múltiples ejemplos de ello. El último, que las leyes españolas prevén cinco meses de gobierno en funciones si las cosas se tuercen y hay que convocar nuevas elecciones.
Desde la jornada electoral hasta la primera votación de investidura, un mes. Desde esa votación hasta la disolución del Parlamento si ningún candidato obtiene mayoría, dos meses. Y desde la convocatoria de elecciones hasta dichas elecciones, dos meses más. Lo dicho, cinco meses de nada de provisionalidad. Por ley. Y con la Constitución de por medio.
Leí que fuentes gubernamentales ahora dicen que se podría disolver antes. Pues vaya, no es eso lo que dice el artículo 99.5 de la Constitución. Pero parece que es más fácil saltarse la Constitución que cambiarla.
De todos modos tal vez achicando los tiempos consigan acortar un mes a lo sumo. Pero si hay que repetir las elecciones no creo que las nuevas sean en menos de cuatro meses desde las anteriores, entre pitos y flautas.
Burocracia española. De la buena.
Es realmente una pena que haya plazos tan cortos.., un gobierno provisional y con capacidad limitada es de lo mejor que puede pasar a un país.
ResponderEliminarEl caso belga fue un buen ejemplo de cómo el país, en medio de la crisis, pasó el año y medio sin gobierno como el mejor de antes y después del "interregno".
Cierto que antes fue lo más duro de la crisis y después un gobierno socialista :)
El problema es que la provisionalidad no es buena para nada. El gobierno sigue, pero provisional.
EliminarSolo 5 meses?
ResponderEliminarQue pena, con lo bien que le vendría a España una buena temporada sin políticos creando problemas donde no los hay, o sin poder colocar a sus parientes/compadres.
Si fuera como debería ser, sí. Pero así, dejándolo todo a la provisionalidad, no creo que la cosa funcione.
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