lunes, 17 de diciembre de 2018

Por la legalización de las drogas



Me ha costado muchos años escribir este texto. Aunque he escrito varios artículos en esta dirección (uno, dos, tres, cuatro, y cinco). Vaya por delante que las únicas drogas que he probado en mi vida fue un año como fumador allá por mis lejanísimos 15 o 16 años y alguna pequeña borrachera nocheviejera por la misma época.

Y tengo que reconocer que está campaña no lo es en positivo, sino en negativo; como mal menor. Porque la lucha contra el narcotráfico está perdida. La droga está en las calles y en las escuelas. Punto. Y todo ese dinero se va a las manos de los narcotraficantes para que lo usen en sus criminales negocios (que no incluyen solamente el tráfico de drogas, sino también otros mucho peores).

A lo que hay que añadir que todo este narcotráfico genera un problema de ilegalidad que se transforma en un problema de inseguridad ciudadana, el cual, por supuesto, quien lo acaba pagando es el contribuyente. El mismo contribuyente que paga, además, la carísima lucha contra ese narcotráfico.

Al fin y al cabo que cada cual destruya su cuerpo como quiera. Ya lo hacen con drogas actualmente legales como el alcohol o la nicotina. No veo el problema para incluir en la lista otras como la marihuana, la cocaína o la heroína. Que se controlen y que se vendan. Que se penalice (y gravemente) el conducir bajo sus efectos y que se considere un agravante cualquier delito cometido igualmente bajo sus efectos. Que se prohiba su venta a menores de edad y que se casigue duramente a quien se salte esta prohibición. En suma, que se legisle sobre el tema en detalle (que eso sí saben hacer los políticos).

Pero, en resumen, que se legalicen las drogas y se mantengan bajo control. Creo que como sociedad nos evitaríamos muchos quebraderos de cabeza y muchos gastos inútiles.

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