El artículo publicado en el blog El Liberal Ultramontano, sobre los orígenes de Carod-Rovira, no tiene desperdicio. Recomiendo encarecidamente su lectura a todos los que están interesados en la política española.
La verdad es que después de leerlo me quedé helado. Uno no se espera cosas así. Está claro que cualquier persona tiene derecho a creer las ideas que considere convenientes, independientemente de quien las haya creído o no dentro de su árbol genealógico. Pero de ahí a abjurar de sus orígenes familiares, va un abismo.
¿Qué sentido tiene avergonzarse de llamarse José Luis Pérez Diez? ¿Por qué tener que inventarse la nueva "identidad catalana" de Josep-Lluis Carod-Rovira?
Cuando una gran parte de una sociedad, la catalana, tiene que depositar su confianza en una persona con síntomas como el anotado, de dudoso equilibrio mental, es que algo falla. Y cuando un país, España, tiene un Gobierno que depende de alguien así, es que mucho falla.
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