El resumen del Euskobarómetro que nos apunta El Mundo es muy interesante. Si en la actual legislatura vasca la correlación política entre las fuerzas políticas es de 43 de los nacionalistas (PNV/EA-EB-HB) frente a 32 de los no nacionalistas (PP-PSE-UA), la encuesta del insituto vasco nos da unos números muy diferentes. Los nacionalistas (PNV/EA-EB-Aralar) conseguirían entre 37 y 39 diputados, mientras que los no nacionalistas (PSOE-PP) obtendrían entre 36 y 38 representantes.
Los números marcan un división casi 50%-50% entre nacionalistas y no nacionalistas. Es muy interesante, además, la frase del artículo que dice el equipo del Euskobarómetro estima que "el rechazo creciente a las entrevistas por parte de un sector de ciudadanos ha podido producir un ligero sesgo, de al menos 4 puntos, a favor de las opciones de la mayoría gubernamental en el País Vasco".
Es decir, que los no nacionalistas habrían rechazado en muchos casos participar en la encuesta, con lo que las valoraciones podrían estar erróneamente inclinadas hacia los no nacionalistas.
Por ello podríamos estar a las puertas de que matemáticamente exista la posibilidad de que PSE y PP puedan gobernar juntos, sacando al nacionalismo del poder vasco. Pero tampoco es hora de confundir deseos y realidades. Porque esa realidad es que todo apunta a que lo más probable es que el PSE elija pactar con el PNV/EA en lugar del PP, en función de la actual deriva nacionalista de los socialistas, convirtiendo así a los derrotados en ganadores.
Cabe añadir en ese sentido que actualmente dentro del PNV ya está estudiando otra vía para defenestrar el actual Estatuto, que pudiera contar con el apoyo del PSE en el País Vasco y del PSOE en el Gobierno central.
Los números son claros. El nacionalismo podría ser derrotado en las próximas elecciones autonómicas vascas. Pero que esa derrota se hiciera efectiva dependería del PSE y del PSOE. Y poca confianza me merecen, la verdad.
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