viernes, 27 de mayo de 2011

Roma no paga a traidores... y Rubalcaba tampoco

Lo hizo a costa de María Teresa Fernández de la Vega, una mujer que le había sido leal totalmente, y a la que traicionó para encumbrar a un hombre que solamente es leal a sí mismo.



En los últimos días hemos visto toda una serie de movimientos dentro del PSOE encaminados a que Rubalcaba fuera el único candidato en las primarias que Zapatero dijo que iba a convocar; o de lo contrario, si había más de un candidato, convocar un Congreso extraordinario en el que Rubalcaba tenía asegurada la victoria, ya que como es sabido por todos su control de los movimientos internos del partido es casi total. El problema es que ese Congreso extraordinario sería para elegir Secretario General, lo que se llevaría por delante al propio Zapatero en dicho cargo, que ya tiene muy debilitado su liderazgo dentro del partido (como se ha podido comprobar), y con la posibilidad de que también, en función de más debilidad aún, se viera obligado a dimitir como Presidente de Gobierno o convocar elecciones anticipadas sin desearlo.

Así puestas las cosas la idea de Patxi López del mencionado Congreso extraordinario (en apoyo casi explícito a Rubalcaba) fue secundada por una mayoría de líderes territoriales (odio la palabra "barón", pero ese es otro tema), lo que puso a Zapatero contra las cuerdas, ya que si la cuestión era apoyada en el Comité Federal de mañana sábado él, Zapatero, se vería obligado a dimitir como Secretario General del PSOE, con todo lo que ello implicaba.

Finalmente Zapatero ha conseguido salir del embrollo a través de la renuncia de Carme Chacón a presentarse a las primarias, con lo que queda el camino totalmente despejado para Rubalcaba como candidato único en dichas primarias.

¿Se puede creer que Rubalcaba, cuya mano controla casi la totalidad del PSOE (o sin el casi), ha sido ajeno a toda esta manipulación? Es imposible, al menos para mí. Soy de la opinión de que ha sido precisamente él, Rubalcaba, el que ha echado este pulso a Zapatero a través de sus seguidores.

Y todo ello después de que Zapatero le entregara todo el control del Gobierno y del partido. Lo cual, dicho sea de paso, fue suicida políticamente de parte de Zapatero. ¿A quién se le ocurre entregar todo el poder a un tipo tan políticamente siniestro como Rubalcaba? A él, a Zapatero. Y lo hizo a costa de María Teresa Fernández de la Vega, una mujer que le había sido leal totalmente, y a la que traicionó para encumbrar a un hombre que solamente es leal a sí mismo.

Zapatero no se merece otra cosa que esa traición. Ya no tiene tiempo de maniobrar y Rubalcaba se le ha subido a las barbas. Simplemente hoy en día Zapatero se ha convertido en un Secretario General del PSOE y un Presidente de Gobierno de paja, ya que ambos cargos los ocupa en la práctica Rubalcaba, a quien él mismo le dio toda la autoridad. Un Rubalcaba que ya ningunea claramente a Zapatero, manteniendo las formas, eso sí, ya que lo hace a través de sus subalternos. Algo que jamás hubiera hecho María Teresa Fernández de la Vega.

Y es que Roma no paga a traidores. Y parece que Rubalcaba tampoco.

2 comentarios:

  1. A veces existe eso que se llama justicia poética. La felonía de ZP al traicionar a de la Vega, y su torpeza al nombrar a alguien como Rubalcaba, son nada más que otros ejemplos del "talante" que ha derrochado a lo largo de todo su nefasto mandato, y de su esencial incapacidad.

    Otra cosa es que la consecuencia sea sustituir un malvado iluminado e intelectualmente adolescente por un malvado encallecido y resabiado, que conoce a la perfección todas las alcantarillas del poder y que no se detiene ante nada. De aquí a las Elecciones Generales, ¿que será capaz de urdir? Los precedentes son para echarse a temblar (y para evitar transportes públicos o concentraciones de gente en general).

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  2. Espectador, ¿acusando a Rubalcaba de poner bombas y matar gente? Estás como una cabra.

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